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4 jun 2016

El adolescente que burlaba la Cortina de Hierro para contrabandear computadoras

Mientras se derrumbaba el comunismo en Europa del este en 1989, el joven Tomasz Czechowicz, de 18 años, combinaba salidas a fiestas con un negocio ilícito.
El estudiante entusiasta de la informática y la electrónica se dio cuenta de que en Polonia había una gran demanda de computadoras personales. Pero debido al régimen comunista, en casi ningún lugar se podían comprar.
Así que Czechiwicz, que vivía en Wroclaw, una ciudad en el suroeste de Polonia, tramó un plan para comenzar el contrabando de computadoras desde la entonces Alemania Occidental.
Lo primero que hacía todos los sábados por la mañana era conducir hasta Alemania del este. Se trataba de un viaje de cuatro horas en auto hasta la entonces dividida Berlín, para colarse en la Berlín occidental, que era un enclave de la Alemania Federal.
45 años después, Czechiwicz, que hoy es uno de los empresarios más ricos de Polonia, cuenta su travesía.
"Viajaba con mi amigo en un antiguo y maltratado Maluch (Fiat 126), y teníamos que conducir por Berlín para entrar desde el lado occidental", relata.
Los dos amigos compraban computadoras de segunda mano en el oeste de Berlín, como la Commodore Amiga 1000, antes de conducir seis horas hasta llegar a la capital polaca, Varsovia.
Luego pasaban un gran sábado por la noche en Varsovia, antes de vender las computadoras - con una ganancia del 50% - en un mercado callejero el domingo por la mañana.
Después de eso, conducían otras cuatro horas para llegar de nuevo a Wroclaw y retomar sus estudios universitarios.
Czechowicz afirma que esta era la rutina "cada fin de semana".
"En poco tiempo estábamos vendiendo 5 computadoras a la semana", añade.
Pero no sólo eran las computadoras lo que Czechowicz y su amigo llevaba de vuelta a Polonia todos los sábados, dice. "Era el recién descubierto -y altamente significativo- conocimiento de que los alemanes (de occidente) no podían deshacerse de sus viejos equipos lo suficientemente rápido".
Y al mismo tiempo, los polacos estaban deseando computadoras occidentales.
Czechowicz se dio cuenta de que podía satisfacer ambas necesidades.
Así que a medida de que los regímenes comunistas de Europa del este comenzaron a caer, Czechowicz y dos amigos crearon una empresa llamada JTT e inundaron Polonia con máquinas Commodore 64 usadas.

"Invetando"

JTT creció rápidamente, usando el dinero que se generaba de la venta de las computadoras iniciales para comprar cada vez más equipos de Alemania.
Czechowicz también recaudó fondos vendiendo acciones en el negocio a sus amigos y miembros de la familia, manteniendo una participación del 40% para sí mismo.
Comenzaron a contratar personal, incluyendo la hermana de Czechowicz, que convenientemente hablaba alemán, y también rentaron un almacén para guardar las máquinas.
En pocos años, JTT comenzó el montaje de sus propios equipos y a vender más de un millón de computadoras al año.
  • Siete años más tarde, JTT registró ingresos anuales de 394 zlotys (US$ 100 millones) y tenía 400 empleados.
Sin embargo, las cosas no funcionaron completamente sin problemas, yCzechowicz se despertó un día dándose cuenta de que no sabía cómo dirigir una empresa.
"Íbamos inventando sobre la marcha", reconoce.
Comenzaron a surgir problemas con la contabilidad, impuestos y diversas cuestiones de suministros y de entregas, mientras que Czechowicz -que tenía el papel de ejecutivo- no sabía cómo tratar con ellos.
Tuvo que admitir que el ingenio natural y el juego con el sistema sólo podían llevarlo hasta un límite.

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