Fue su marido quien descubrió los cuerpos sin vida.
Ken Ventanilla ha declarado que es una escena que nunca olvidará y que “vuelve a ver cada mañana”, pero ahora quiere ayudar a visibilizar las causas de la tragedia para evitar que nadie más pase por lo mismo y aclarar que Charlene era una buena madre que quería a su familia, tal y como contó al Press-Telegram.
Charlene Ventanilla subió esta tierna imagen con su hijito Shane a su perfil de Facebook. Una depresión posparto la llevaría a acabar con la vida de ambos apenas dos meses después.
El homicidio-suicidio fue el resultado de lo que Ventanilla ha descrito como una caída repentina en la depresión posparto y la psicosis, que Charlene empezó a experimentar poco después de dar a luz a su hijo Shane. Tras comenzar a tomar medicación anticonceptiva, la mujer experimentó extrema ansiedad, paranoia e incluso instintos suicidas.
Su estado de salud mental se vio tan afectado que Charlene tenía una cita con un especialista que iba a evaluarla por depresión posparto el día después de que se produjera la tragedia. Por desgracia, la mañana del 13 de septiembre Ken se despertó y no vio a su mujer ni al bebé en el cuarto —días antes, había decidido que toda la familia durmiera junta en el salón de la vivienda debido a la preocupante situación de Charlene.
Supo entonces que algo no estaba bien, y los buscó por la casa para encontrarlos cubiertos de sangre, tendidos sobre la cama de su hijo de 2 años en la recamara de éste. Los dos habían fallecido ya, sin tener oportunidad de recibir ayuda médica.
Ventanilla describe a su mujer como “la mujer más dulce, la mejor esposa que podría haber deseado, y la mejor madre”. Cree que la propia Charlene “no era consciente de lo que le ocurría, o la falta de control sobre sí misma que tenía”. Por eso ahora su esposo pide mejores protocolos para atender la salud mental de las madres que acaban de dar a luz.
Charlene comenzó a experimentar paranoia y ansiedad después de tomar la píldora anticonceptiva, aunque ella misma no se daba cuenta de la gravedad de su estado
“No voy a dejar que Shane y Charlene se hayan ido en vano, voy a crear conciencia”, ha declarado Ventanilla, que siente que lo que le da fuerzas son su fe cristiana, su hijo y su nueva meta, “que puedo evitar que esto vuelva ocurrir, puedo salvar la vida de alguien, puedo salvar a una madre y una familia“.
Charlene sufría de psicosis posparto, una condición más extrema y menos común que la depresión. Una de cada 1,000 mujeres que dan a luz la sufren, experimentando una disociación con la realidad que puede llevarlas a tener alucinaciones, paranoia o incluso, en raros casos, comportamientos violentos.
La doctora Emily Dossett, una experta en la materia, contó al Press-Telegram que no hay relación demostrada entre los anticonceptivos hormonales y la psicosis. Algunas mujeres sí experimentan depresión, pero la psicosis es una condición diferente y haber experimentado la primera no es una indicación de que la segunda, más grave, se pueda desarrollar.
Dossett también denuncia que hay una gran falta de educación sobre la depresión y la psicosis posparto. A muchas mujeres que acaban de dar a luz ni siquiera se les informa sobre estos trastornos, y menos se evalúa su estado de salud mental como sí se hacen revisiones del físico.
fuente La Opinión







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