La ministra de Deportes de Francia, Laura Flessel, condenó los hechos el día después del encuentro. “El racismo no tiene lugar en las canchas de fútbol. Tenemos que actuar juntos a nivel europeo e internacional para frenar este comportamiento inaceptable”, escribió en Twitter tras la victoria de Francia por 3-1. Rusia está tratando de resolver el racismo de parte de su hinchada, pero los críticos aseguran que todavía hay mucho por hacer. La UEFA, el organismo que rige el fútbol europeo, abrió en marzo una investigación contra el Zenit de San Petersburgo por los cánticos racistas proferidos contra el jugador del Leipzig Naby Keita en un partido de la Liga Europa. Rusia albergará entre el 14 de junio y el 15 de julio el primer Mundial de su historia.
por Diario EL COMERCIO






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