En 1971 y 1972, la NASA desplegó sensores en la Luna durante las misiones Apolo 15 y 17 en un esfuerzo por medir la superficie de la Luna y las temperaturas subsuperficiales, un proyecto denominado Experimento de flujo de calor.
Los datos fueron recolectados y transmitidos a la Tierra hasta 1977, donde los científicos quedaron desconcertados por el calentamiento gradual de la superficie del satélite que los sensores leían.
Finalmente, la NASA abandonó la investigación debido a la falta de fondos, y solo se archivaron algunas de las cintas, y se asumió que las otras se perdieron, lo que dejó a los científicos incapaces de analizarlo más, pero esas cintas faltantes se encontraron recientemente en los Archivos Nacionales, donde un equipo dirigido por Walter Kiefer, científico del Instituto Lunar y Planetario, pasó años recuperando e interpretando los datos con el fin de identificar la fuente del calentamiento. Específicamente, los datos de hace décadas mostraron que las temperaturas subsuperficiales de la Luna aumentaron de 1,6 ºC a 3,5ºC durante el período de aproximadamente seis años que se tomaron las mediciones. Las conclusiones se han publicado en Journal of Geophysical Research.
Fuente: Globovisión/ Nmas1/ JMMR






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