El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, hizo un llamamiento a la responsabilidad de la población para frenar el auge del contagio del coronavirus en algunas zonas del país como la capital, donde su sistema sanitario ha llegado a su «máxima potencia».
El mandatario, en un mensaje de radio y televisión, llamó la atención a la ciudadanía debido al incremento de fiestas y celebraciones privadas, restringidas según las normas establecidas en el marco del estado de excepción que vive el país desde el 16 de marzo pasado, cuando se aplicó la cuarentena contra el coronavirus.
«¿Cómo es posible que en los primeros quince días de junio se hayan reportado 1.200 fiestas a nivel nacional?», que fueron disueltas por las autoridades policiales?, se preguntó Moreno al referir que 57.000 conductores y otros 106.000 ciudadanos han sido sancionados por violar las restricciones a la circulación de vehículos y el toque de queda, respectivamente.
También pidió a los jóvenes que adopten las medidas de bioseguridad establecidas, como son el distanciamiento físico entre personas, de al menos dos metros, el uso permanente de mascarillas y el lavado habitual de manos.
El gobernante, que avaló el cambio de fase epidemiológica para pasar del aislamiento masivo al distanciamiento físico, mencionó como ejemplo a la ciudad costera de Daule, donde, según dijo, fue una de las primeras en el proceso de desescalada de la cuarentena y que ha logrado mantener las normas de bioseguridad.
Moreno aceptó la preocupante situación de Quito, que el pasado 3 de junio pasó de rojo a amarillo en la estrategia del «semáforo epidemiológico», el sistema de desescalada impulsado por el Gobierno.
De los 3.842 casos positivos registrados en Quito entre el 13 de marzo y el 3 de junio, la cifra creció en 2.611 en los últimos 26 días, lo que supone una subida del 68 por ciento.
El promedio de contagio en junio llegó a un centenar por día, lo que ha generado una saturación en el sistema de atención sanitaria que, según las autoridades locales, está «a tope».
Para tratar de solucionar esa situación, el presidente Moreno anunció medidas como el aumento de los controles sanitarios en varias zonas de la capital, sobre todo en el centro y sur de la ciudad.
Asimismo, mencionó un mayor control a las ventas ambulantes y el incremento en la capacidad de atención sanitaria a la población.
«El virus está en todo sitio, a cualquier hora y en cualquier círculo social», agregó el mandatario que recordó que la región de la sierra andina, donde se encuentra Quito, terminará el periodo escolar mañana, martes, por lo que volvió a pedir a la población que se abstenga de organizar fiestas con ese pretexto.
«No es momento de abrazos, de dar la mano, de compartir un vaso o de llevar mascarilla de forma incorrecta», añadió Moreno tras solicitar no bajar la guardia a los jóvenes, quienes, según dijo, podrían estar confiados en que la mayoría de personas «se contagia y se cura».
Quienes piensen así podrían contraer la enfermedad y, pese a no presentar síntomas o expresarlos de forma leve, podrían ser fuente de contagio para sus seres queridos, agregó el gobernante ecuatoriano. EFE
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