Un estudio difundido reveló que las condiciones de vida de la niñez en Ecuador se han deteriorado tras la pandemia del coronavirus, sobre todo en aquellos sectores pobres de la sociedad y especialmente para las niñas.
El «dramático empobrecimiento» de las familias ecuatorianas por la crisis económica, social y sanitaria que atraviesa el país ha generado un mayor riesgo en la población infantil, amenazada por la explotación laboral, trata de personas, violencia doméstica y embarazos no deseados, entre otros.
Así lo reveló un estudio de la organización no gubernamental CARE-Ecuador, en un informe difundido hoy y que recoge una investigación sobre la situación de la población infantil en el país, especialmente de niñas y adolescentes.
El estudio consideró que más de seis millones de personas, de los 17,5 millones de habitantes del país, tienen menos de 18 años de edad; que 7 de cada 10 niñas y adolescentes viven con sus padres, y que el 6 por ciento de menores no viven con ninguno de ellos.
VIOLENCIA DOMÉSTICA
La pandemia del coronavirus ha colocado a la niñez ecuatoriana en una mayor vulnerabilidad, pues se estima que un tercio de niñas y adolescentes en el país sufre de violencia doméstica.
«El dramático empobrecimiento de sus familias las pone en riesgo de explotación laboral y trata, la violencia de género en sus propios hogares y las uniones y embarazos tempranos que amenazan su futuro», son parte de los problemas para este sector de la población, aseguró Alexandra Moncada, directora de CARE-Ecuador.
Asimismo, definió a «la falta de acceso a la educación y la imposibilidad de continuar su proyecto educativo», como otro de los factores que ha deteriorado las condiciones de vida de la niñez.
«Una de las consecuencias de la pobreza de los hogares es la vinculación de la población infantil y adolescente al trabajo», añadió Moncada sobre una realidad que se puede palpar en la calle.
«Consideramos que cuando el Estado tiene una sólida red de seguridad social que garantiza asistencia para cobertura de necesidades básicas a familias de bajos ingresos, se disminuye el riesgo de que niños y niñas sean explotados», sugirió.
Según datos de 2019 recogidos en el estudio, «el 1 por ciento de las niñas y adolescentes, entre 5 a 17 años, trabaja; el 8 por ciento trabaja y estudia; y el 4 por ciento ni estudia ni trabaja».
Además, el informe advierte de que del porcentaje de niñas y adolescentes que trabaja, el 45 por ciento pertenecen a hogares indígenas.
El estudio también hace referencia a la situación de la niñez migrante, especialmente de venezolanos que residen en Ecuador, ya que un 30 por ciento de ese colectivo corresponde a menores de edad.
Muchos de ellos, señala el estudio, «no han podido acceder a educación» y muchas familias «han perdido sus fuentes de ingresos» o han sido desalojados de sus casas al no poder cubrir la renta.
«Su situación los ha llevado a cruzar las fronteras por pasos irregulares, donde enfrentan riesgos, tratando de regresar a su país», precisó CARE en su informe.
BRECHA EDUCATIVA
Sobre la situación educativa, la investigación señala que antes de la pandemia la tasa de acceso a la primaria en Ecuador era del 95,18 por ciento y que en el bachillerato era del 69,7 por ciento.
Sin embargo, advirtió de que la pandemia ha profundizado las brechas educativas, ya que la modalidad en línea, a través del internet, aplicada para evitar el contagio que podría darse en el sistema presencial, ha dejado ver la precariedad tecnológica en sectores pobres, donde se ha notado una mayor deserción escolar.
«Otro tema sensible es el suicidio que, como resultado de ciclos de violencia ejercidas en las niñas y adolescentes, es la segunda causa de muerte de ellas en el país», apuntó CARE, al señalar que el grupo más vulnerable es el de mujeres de entre 12 y 17 años de edad.
Asimismo, la ONG apuntó que «las medidas definidas para evitar el contagio por la covid-19 no han tomado en cuenta la gravedad de la violencia hacia las adolescentes en el país, y ellas carecen de mecanismos de atención, protección y restitución de derechos», por lo que están expuestas a «uniones forzadas y embarazos no deseados».
Y es que el 30 por ciento de niñas y adolescentes viven diariamente malos tratos por parte de padres y madres, el 31 por ciento ha sufrido violencia psicológica y el 23 por ciento violencia sexual, según el informe.
En 2019, añadió, 60 adolescentes, entre 15 a 17 años, dieron a luz diariamente en Ecuador, una cifra que podría aumentar tras las medidas de cuarentena aplicadas por la crisis sanitaria que, en muchos casos, forzó a mujeres a convivir con sus agresores en las viviendas. EFE
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