El presidente de Dentsu, la principal agencia de publicidad de Japón, Tadashi Ishii, renunció ayer a causa del suicidio de una empleada por exceso de trabajo, lo que reavivó el debate acerca de un serio problema que afecta a la sociedad nipona.
La joven de 24 años, Matsuri Takahashi, se lanzó desde un balcón el día de Navidad en 2015 luego de siete meses de trabajo en la compañía y tras dejar un mensaje en su Twitter aludiendo al cansancio físico y mental por trabajar hasta 20 horas diarias.
La madre de la joven realizó una campaña que desenmascaró las prácticas de sobrecarga laboral y desató una ola de indignación.
La muerte, voluntaria o involuntaria, por exceso de trabajo, es un problema de salud pública en Japón y hasta hay concepto para nombrarla: karoshi.
Según cifras oficiales, más de dos mil personas al año se suicidan por estrés relacionado al trabajo. Pero se estima en una cifra mayor las muertes por problemas de salud, como fallas cardíacas o accidentes cerebrovasculares, asociados a cargas laborales excesivas.
El sicólogo laboral de la Universidad de Santiago Omar Matus, explica que “hay un tema de cultura del trabajo que, muchas veces, termina por oprimir y te despersonaliza. Es decir, cuando la carga de trabajo es tan alta, las instancias personales, familiares e individuales quedan excluidas”.
El experto agrega que la alta carga laboral puede causar diversos problemas de salud física o mental, en la medida que se asocia a dos niveles: la autoexigencia del propio trabajador para dar una buena imagen en la empresa y las exigencias que esta última le imponga al trabajador.
La muerte de Takahashi fue el tercer caso de karoshi en Dentsu. En 1991 murió Ichiro Oshima, y fue el primer caso oficialmente atribuido a trabajo excesivo.
En esa oportunidad, el Ministerio de Trabajo de Japón pidió a la empresa que cambiara sus prácticas laborales. Ahora, con el caso de Takahashi el gobierno aprobó un paquete de medidas destinadas a prevenir nuevas muertes.
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