Una menor disponibilidad de aviones en el mercado local ha hecho que volar se convierta en todo un lujo. No por las comodidades que ofrece este tipo de transporte, sino por el encarecimiento de los pasajes. El caso insigne es la ruta Guayaquil-Quito. Ayer en la mañana comprar un boleto (con un día de anticipación) costaba hasta $ 337, muy por encima de los $ 164 que, en promedio, se debía pagar hace tres meses.
Aunque los precios fluctúan dependiendo de la anticipación de la compra, del horario y de la aerolínea, los consumidores coinciden en cuestionar lo caro que se ha vuelto esta opción de transporte. En los últimos días, el malestar se ha hecho sentir en las redes sociales, donde los consumidores ironizan sobre la situación, diciendo que ahora resulta más conveniente viajar en carro o tomar un vuelo que, por un precio parecido, los transporte de Guayaquil a otras ciudades internacionales, como las peruanas.
Este problema se atribuye a los inconvenientes que en los últimos meses ha tenido la empresa pública Tame que, por temas de rentabilidad, venía trabajando con la mitad de su flota (hoy tiene 8 de 14 aviones operativos). Esta situación redujo la oferta del servicio y ha desafíado a algunas aerolíneas para cubrir la demanda en el mercado. Algunas firmas como Latam Ecuador dicen estar trabajando en un plan estratégico para cubrir la demanda, sin que los costos afecten al consumidor.
Diario Expreso
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