Durante la juventud el hígado cuenta con ingentes cantidades de enzimas destinadas a descomponer al intruso en acetato, dióxido de carbono y agua, tres sustancias inocuas.
Pero a medida que el humano envejece, el arsenal defensivo merma, y el derivado del etanol circula durante más tiempo por las arterias. A esto se suma que el sistema inmune es cada vez más lento a la hora de reparar los daños producidos en los tejidos.
Además de la edad y el deterioro físico, hay otros factores que agravan el malestar del día después, como fumar a la vez que ingerimos alcohol y abusar de ciertas bebidas.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Brown (Estados Unidos), son peores las bebidas oscuras (whisky, vino tinto…) que las claras (vodka, vino blanco…), quizás debido al número de sustancias que se producen durante la fermentación del alcohol.
Fuente: Muy Interesante
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