El desayuno es la comida más importante del día. Proporciona la energía necesaria para comenzar la jornada con fuerza e influye directamente en nuestro estado de forma física, salud y peso.
Conoce cómo preparar el desayuno perfecto que te ayude a perder peso sin renunciar a una buena dosis de energía por la mañana.
El desayuno debe tener un alimento del grupo de los cereales, otro de lácteos y una pieza de fruta.
Los cereales proporcionan hidratos de carbono de absorción lenta o complejos que desprenden energía poco a poco, nos mantienen saciados por más tiempo y estabilizan los niveles de azúcar en sangre. Tales como: pan integral, avena, granola, semillas, entre otros.
Los lácteos como la leche desnatada o vegetal (soja, almendra); o, si lo prefieres, yogur desnatado 0%. Asimismo, las frutas, ya sea fresca o en forma de zumo, smothie o batido. Una opción perfecta para aquellos que no tienen tiempo de desayunar.
Añadir grasas saludables (frutos secos o un chorrito de aceite de oliva en la tostada), huevo o verduras como el tomate.
Cabe destacar que la primera comida del día debe suponer el 20-25% de las calorías diarias. Es decir, la cuarta parte de los alimentos que tomamos durante el día.
Dedicar 15 minutos al desayuno y convertirlo en un hábito agradable y saludable.
Variar los desayunos, pues de esta forma tendrás ganas de levantarte para tomar un smothie o bowl de fruta y avena. También puedes alternar dulce y salado.
Entre el desayuno y la comida deben transcurrir al menos cinco horas. Pero, a las dos horas y media o tres de haber desayunado es recomendable tomar un aperitivo saludable: una pieza de fruta, o un yogur con un puñado de frutos secos.
Fuente: Globovisión | Panorama | SR
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