Marcos Flores lleva siete años sin un empleo formal. Desde que en el 2012 cerró el casino en el que trabajaba, a causa de la consulta popular que estableció la prohibición de este tipo de negocios en el país, dijo que se gana la vida como comerciante, taxista informal o cualquier negocio que le permita vivir honestamente.
“Es difícil (…) ir a entrevistas y que la gente que revisa el currículum vea su experiencia en algo que ya no existe, ¿dónde te coloco?, no pude encontrar, hasta la actualidad trabajo”, expresó con desazón.
Junto a otros extrabajadores expresó que se sienten alentados ante el pronunciamiento del alcalde electo de Quito, Jorge Yunda, quien dijo no descartar la posibilidad de una consulta popular para reabrir este tipo de negocios.
“Es el máximo aliento hasta el momento que hemos podido recibir y esperamos un aliento igual de la alcaldesa Cynthia Viteri “, comentó.
Expresó que también esperan el pronunciamiento de los alcaldes electos de Salinas y de los sectores afectados por el terremoto en Manabí de hace tres años porque “es la forma más idónea para resurgir en el país”.
Mauricio Villacís, presidente de la Asociación de extrabajadores de casinos del Ecuador, dijo que desean reunirse con Yunda y con otros alcaldes electos para presentarles el proyecto y obtener respaldo.
El 17 de marzo de 2012 unos 32 casinos, bajo la Ley de Turismo, dejaron de operar tras la ejecución del decreto 873 de septiembre del 2011 y los resultados de la pregunta 7 de la consulta popular del 7 de mayo de 2011, impulsada por el entonces presidente Rafael Correa, mediante la cual el 45,76% de los ecuatorianos dijo Sí a la eliminación de los juegos de azar.
Villacís señaló que la reactivación se puede dar a través de dos vías, una consulta popular o por la Corte Constitucional. Por ello, desean sumarse, de darse el caso, a la propuesta de una consulta popular mencionada por Yunda.
Dentro de los cambios que plantean en el proyecto están el de crear una superintendencia de control de juego o dirección general de juego con competencias, para que cree su propia normativa y resoluciones.
Carla Cadena, quien laboró cerca de cuatro años en casinos, indicó que con la prohibición se han generado salas de juegos clandestinas. “Queremos que se haga un trabajo pleno que nos permita una estabilidad económica fija o un empleo seguro”, indicó.
Diario El Universo
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