Un nuevo caso de cánticos racistas en los estadios italianos, esta vez en el Bentegodi veronés contra el delantero visitante Mario Balotelli en el Hellas Verona-Brescia, fue el indeseado protagonista de la undécima jornada de la Serie A.
La imagen de Balotelli, nacido en Palermo y de origen ghanesa, bloqueando el juego y lanzando el balón a la grada protestando por unos cánticos racistas oscureció nuevamente el fin de semana futbolístico italiano, que había registrado unos grandes días para el uruguayo Christian Oliva y el argentino Rodrigo De Paul.
Era el minuto 55 cuando Balotelli, que estaba peleando por un balón en la zona del córner, oyó unos cánticos discriminatorios, se enfureció y amenazó con abandonar el campo de Verona, donde también el marfileño del Milan Frank Kessie había lamentado el mismo trato discriminatorio por la hinchada local.
El partido, en ese momento empatado 0-0 y acabado 2-1 para el Verona, fue interrumpido durante cuatro minutos por el colegiado, mientras los compañeros y los rivales intentaban convencer a Balotelli para que siguiera compitiendo, algo que finalmente ocurrió.
También una parte de la afición veronesa, polémica contra los racistas, empezó a corear el nombre de Balotelli, quien regresó al campo y anotó en el 85 un golazo a la escuadra que matizó la derrota 2-1 del Brescia.
El número 45 del equipo norteño no quiso hablar después del partido aunque algunos de sus compañeros que estaban cerca de la zona del córner confirmaron que oyeron unos gritos discriminatorios.
“Estamos con Mario. Estamos en contra de todas las formas de racismo. Racistas ignorantes”, publicó en su cuenta de Instagram el representante de Balotelli, Mino Raiola, tras lo sucedido.
Fue otra página gris en una temporada de la Serie A en la que ya se registraron muchos casos de racismo, contra el belga Romelu Lukaku, delantero del Inter de Milán, en Cagliari, o contra el mencionado Kessie en la misma Verona.
Fuente: Globovisión/EFE/KM
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