El artista colombiano Mauro Rosero se puso una meta de entregar 500 servicios de arroz con pollo a personas en situación de calle de las zonas más vulnerables del centro de Bogotá.
"Quería hacer algo extraordinario, ir más allá de lo que se ha hecho antes" comentó el artista. Por eso decidió escoger un número que para muchos y hasta para él mismo, parecía inalcanzable 500.
De esta manera el influenciador logró ayudar a 500 personas con un plato de comida, que "podría ser lo único que tuviesen en el día".
Para hacer de esta gran misión algo más propio, Rosero no trabajó con el apoyo de su familia, con quienes preparó todo con anterioridad. Desde el cálculo de la cantidad de alimentos necesarios según las 500 porciones que deseaba regalar, hasta la compra de los ingredientes y preparación de las 500 comidas, obra a la que también se sumaron algunos voluntarios que le ayudaron en la noble labor.
Finalmente, el día llegó y amaneció temprano, a las 5:00 am los fogones de la familia Rosero estaban encendidos. Mamá y papá ayudando con la sazón, y Mauro y sus hermanos empacando para que todo se fuera con el mayor orden e higiene.
Varias horas después, con todos los almuerzos empacados, la tarea era ubicar un lugar donde entregar los servicios de comida y poder llegar a mucha gente. Tras varios minutos dando el recorrido por la ciudad encontró en el centro de Bogotá el sitio ideal y en pocos minutos empezó a acercarse la gente.
Sin barreras de raza, género e incluso nacionalidad, el influencer ayudó a varios que hacen vida trabajando a diario en las calles de Bogotá, quienes se acercaron al artista con mucho agradecimiento, y emoción.
Con esta actividad Mauro Rosero pudo beneficiar también a adultos mayores en situación de calle, jóvenes, y mujeres con niños.
"La meta se cumplió y la satisfacción de ver rostros agradecidos por una bendición como esa, no tiene precio", dijo emocionado.
Esta acción, al igual que muchas que llevan a cabo otros artistas e influencers del vecino país en estas zonas vulnerables, tiene el único fin de servir como ejemplo multiplicador de voluntad para que todas las personas se inspiren a ayudar al prójimo, de la forma que sea, y hacer de esto un hábito que "sin duda hará una gran diferencia".
Con esta acción Rosero quiso dejar un mensaje a la sociedad: "que ayudar, apoyar y servir sea de ahora en adelante lo normal, no lo extraordinario, porque siempre la felicidad está más en el dar que en el recibir".
Fuente: Nota de prensa
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