Rusia anunció este miércoles el fin de las maniobras militares y la salida de parte de sus tropas de la península ucraniana anexada de Crimea, donde la presencia de los soldados alimentó los temores de una invasión a Ucrania.
“Las unidades del distrito militar del sur han finalizado sus ejercicios tácticos en las bases de la península de Crimea, retornando a sus bases permanentes”, indicó el ministerio ruso de Defensa en un comunicado citado por agencias noticiosas locales.
El comunicado precisó que tanques, vehículos de infantería y artillería saldrían de Crimea por tren.
La televisión rusa mostró imágenes nocturnas de un interminable tren blindado que atravesaba el puente sobre el estrecho de Kertsch, construido por Rusia para conectar Crimea a su territorio.
El martes, Moscú anunció un retiro “parcial” de los soldados enviados hace dos semanas a la frontera con Ucrania, una señal de distensión tras dos meses de temores de una invasión sobre un trasfondo de crisis ruso-occidental.
Sin embargo, europeos y estadounidenses aun esperan pruebas de un mayor retiro militar ruso, aunque dicen estar prudentemente optimistas. Rusia no ha detallado la magnitud ni el calendario del retiro.
Moscú desplegó más de 100.000 militares en la frontera ucraniana, según los occidentales. En tanto, las maniobras militares ruso-bielorrusas continúan hasta el 20 de febrero en Bielorrusia, el vecino prorruso de Ucrania.
Igualmente, este martes, iniciaron el regreso de algunas unidades militares desplegadas en la frontera con Ucrania.
“Las unidades de los distritos militares Sur y Oeste, que ya han concluido sus tareas, comenzaron a cargar en medios de transporte” y “empezarán a regresar a sus cuarteles hoy (martes)”, anunció el portavoz del ministerio, Igor Konashenkov, citado por agencias de prensa rusas.
El anuncio, la primera señal de distensión por parte de Moscú, fue vago y no se sabe a cuántos soldados afecta. Rusia había desplegado más de 100.000 militares en la frontera con Ucrania desde diciembre.
Paralelamente, Rusia sigue realizando maniobras militares en Bielorrusia, vecino de Ucrania, que durarán hasta el 20 de febrero.
Rusia había dado ya una pequeña señal positiva cuando su ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, aseguró que había “una posibilidad” de “resolver los problemas” por la vía diplomática.
El camino del diálogo “no se ha agotado, pero tampoco puede durar indefinidamente”, agregó Lavrov, con un tono más pausado y lejos de las declaraciones ofensivas de los últimos días. El ministro también calificó como “constructivas” algunas propuestas estadounidenses.
Desde Washington, las autoridades habían alertado que la invasión rusa “podría ocurrir en cualquier momento”. La embajada estadounidense en Kiev fue trasladada a Lviv, al oeste del país, el lunes, haciendo oídos sordos a los llamados del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que pidió no dejarse llevar por el pánico.
Algunos medios de prensa evocaron que la supuesta invasión rusa de Ucrania podría comenzar el miércoles 16 de febrero. Una vez más, Zelenski zanjó las especulaciones con una dosis de sarcasmo.
“Nos dicen que el 16 de febrero será el día del ataque. Lo convertiremos en un día de unidad”, dijo, pidiendo a los ucranianos que cuelguen la bandera nacional azul y amarilla ese día.
La ministra británica de Relaciones Exteriores, Liz Truss, dijo que el presidente ruso, Vladimir Putin, todavía está a tiempo de evitar una guerra, pero subrayó que el plazo es “limitado”.
“Podríamos estar al borde de una guerra en Europa que tendría graves consecuencias, no solamente para los pueblos de Rusia y de Ucrania, pero de una forma más general para la seguridad de Europa”, declaró la jefa de la diplomacia británica en la cadena Sky News.
Rusia, que se anexionó la península de Crimea en 2014 y respalda desde entonces a los separatistas pro-rusos que combaten en el este de Ucrania, niega repetidamente cualquier intención bélica.
Fuente: AFP
0 comments:
Publicar un comentario