Quedarse horas extras en la oficina, saltarse las comidas y obsesionarte por terminar ese proyecto —aunque todavía tengas mucho tiempo para entregarlo— pueden ser los síntomas de que algo anda mal. El workaholism, mejor conocido como adicción al trabajo puede presentarse sin que te des cuenta y afecta toda tu vida.
En el caso de quienes experimentan esta adicción, el interés por pasar más horas en la oficina y menos en la casa no viene con el objetivo de quedar bien con el jefe, o para conseguir un aumento. Estas actitudes se manifiestan inconscientemente y de forma extrema.
Si eres de los que corre cada vez que llega la hora de salida, probablemente no entiendas esta sensación que prácticamente obliga a las personas a permanecer pegadas en su escritorio —u otro lugar donde realicen sus actividades laborales—. En palabras de Machlowitz, escritora del libro Workaholism: Live with them, work with them, se determina así a la persona como “que siempre se dedica a su trabajo más tiempo de lo que le es exigido…” Deutsch, también investigador, menciona que estos individuos “hacen del trabajo el punto central de sus vidas, hasta el extremo de no dedicar atención alguna a otras actividades”.
En el artículo de Enrique Castañeda Aguilera, titulado Adicción al trabajo (workaholism). Patología psicosocial del siglo XXI, se indica que estos comportamientos, que sobrepasan por mucho a un simple trabajador optimista, están bien identificados en cuatro aspectos:
1. Una especial actitud laboral
2. Excesiva dedicación de su tiempo y esfuerzo
3. Un trastorno compulsivo e involuntario a continuar trabajando (criterios inclusivos)
4. Desinterés general por cualquier otra actividad (ocio, deportes, familia, amistades, etc.) que no sea la estrictamente laboral.
¿De quién es la culpa?
Se puede decir que tanto empleado como empleador ponen su granito de arena.
Castañeda indica que pese a que la adicción al trabajo, “está muy relacionada con características personales, existen algunos estresores o demandas laborales que pueden llegar a convertirse en potenciadores”. Es decir que cuando personas potencialmente adictas reciben una sobrecarga de trabajo, esto puede ayudar a que desarrollen una adicción ya que ellos no lo verán como un ‘peso extra’ sino como un desafío.
Según otro estudio publicado en 2014, desde el punto de vista de la salud hay un conjunto de síntomas que se asocian a esta adicción a la acción.
• Cansancio extremo
• Mala nutrición
• Hipertensión
• Trastornos del sueño, insomnio
• Altos niveles de colesterol
• Gastritis y úlceras
• Pérdida del cabello
• Contracturas musculares y dolores óseos
Si te sientes un poco confundido, y no sabes si te estás pasando de entusiasta en tu trabajo, estas preguntas te ayudarán a identificar si eres un adicto al trabajo.
Diario extra
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