Los eclipses solares son acontecimientos que siempre generan mucha expectativa debido a que se dan con poca frecuencia, esto genera que siempre haya bastante atención por poder observarlos, lo que conlleva que en muchos casos no utilicemos la protección adecuada que pueden generar lesiones permanentes en el peor de los casos.
Durante la observación del eclipse, al haber menor luz ambiental, la pupila no se contrae por ende penetra más cantidad de luz y se producen las lesiones fotoquímicas.
La luz del sol puede provocar daños en la retina aunque no se sientan molestias al mirar al sol. Durante años, se pensó que estos daños eran por lesión térmica, pero se sabe que puede producir diferentes lesiones retinianas por efectos mecánicos, térmicos o foto químicos, o una combinación de ellos, detalla la especialista de Óptica Los Andes.
Daños que produce el observar un eclipse solar sin protección
– Los daños mecánicos ocurrirían al exponer a luz muy intensa de forma breve.
– Los daños térmicos (fotocoagulación) resultan de exposiciones intensas, aunque breves que generan un aumento de la temperatura retiniana.
Lo que no se debe hacer durante un eclipse solar
– Nunca debe observarse el sol directamente, ni con aparatos, ni instrumentos, ni con filtros no homologados, ni con gafas de sol, ni a simple vista.
– No utilizar filtros caseros no homologados (películas fotográficas veladas, gafas de sol, radiografías, cristales ahumados) debido a que no filtran todas las radiaciones en el factor requerido para no resultar perjudiciales, o no filtran todo el intervalo de longitudes de onda al que fisiológicamente responde el ojo humano (del infrarrojo al ultravioleta).
– No observar nunca la imagen del sol reflejada en un espejo ni en el agua.
Fuente: El Universo
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