Cuando Christopher Dempsey le ofreció a una extraña donarle una parte de su hígado, sabía que sería una experiencia que le cambiaría la vida.
Lo que no sospechaba es que, al hacerlo, iba a salvarle la vida a la mujer que se convertiría en su esposa.
Menos de dos años después de que Dempsey -un exmilitar- llamara a Heather Krueger -la receptora del órgano- para contarle que era compatible para ser su donante, se habían casado.
La historia de amor comenzó con una conversación que, fortuitamente, se escuchó en una oficina en la ciudad estadounidense de Chicago, en el estado de Illinois.
Todo comenzó así…
El hígado de Krueger había dejado de funcionar. Los médicos le dijeron que sus posibilidades de sobrevivir dos meses más, sin un trasplante, eran de 50%. Había estado enferma por dos años.
Su familia estaba en una carrera contra el tiempo tratando de encontrar a un donante. Pero en Estados Unidos la lista de pacientes que esperan por una donación asciende a 119.000, así que la tarea era extremadamente complicada.
Y entonces, apareció Dempsey, un funcionario dedicado a garantizar el cumplimiento de las leyes.
"Escuché a un compañero de trabajo diciendo que su prima necesitaba un trasplante de hígado. Y pensé: me gustaría que, en una situación así, alguien pudiera ayudarme a mi o a mi familia", le dijo Dempsey a la BBC.
Así que el hombre, de 38 años, decidió someterse a las pruebas necesarias para determinar si era compatible con Krueger, quien ahora tiene 27 años.
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