Alrededor de la media noche, Hanna volvió a recibir otro mensaje de su novio, esta vez desde el aeropuerto.
Gareth le avisaba de que iba a terminar su particular 'cervecita dominical' en Ibiza.
"Realmente pensé que me estaba tomando el pelo, que estaba haciéndose el payaso, como lo hace habitualmente. Pensé que se tomaría un par de tragos en el pub con sus amigos, pero no que volaría a Ibiza. Me dijo que no me preocupara, que me compraría un imán de nevera", ha comentado Williams en declaraciones a The Sun.
Para concluir, Hannah sentencia que, "aunque Gareth nunca había cogido antes un avión de manera inesperada y borracho, es el tipo de cosas que le pegan hacer".
El día que te diga que va ir a comprar tabaco, querida Hannah, échate a temblar.
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