
Su escritorio siempre se muestra impoluto, vacío, sin papeles. Salvo su marcador infaltable en el Salón Oval. Él continúa allí, esperando ser usado, al contrario de los 150 bolígrafos A. T. Cross Century II que fueron encargados cuando comenzó su mandato.
Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton usaron todos el Cross Townsend, aunque Obama luego cambió al Century II. También se sabe que los presidentes Gerald Ford, Ronald Reagan y George H. W. Bush usaban plumas Cross. Pero Trump prefiere el grosor de las Sharpie, que ama desde hace décadas.
En la Casa Blanca, nadie explica el por qué de la preferencia de Trump. Lo cierto es que al observar los documentos que firma el presidente norteamericano su rúbrica sobresale por sobre el resto. ¿Será una cuestión de visión, ego o costumbre?
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