Redacción El Comercio
Nueve juveniles, entre 18 y 20 años, forman parte de la plantilla del Deportivo Quito que juega el campeonato Amateur de Pichincha. Con un promedio de edad de 22 años, el equipo cuenta con 22 futbolistas que mezclan juventud y experiencia.
La mayor parte de la nómina la conforman jugadores de entre 21 a 26 años; mientras que la experiencia viene con tres que superan los 29 años y uno de 31.
Matías Ramos, de 18 años, representa la juventud y la pasión dentro del equipo. Él empezó en las divisiones formativas (Sub 15), hasta llegar al primer plantel. Ahora es requerido en el once inicial del entrenador Gustavo Vásquez. Se desempeña como defensa central izquierdo y dice “que es una presión grande jugar para este equipo”. Sin embargo, “hay que saber sudar los colores y jugar por la hinchada”.
Otro de los jugadores es Santiago Buitrago, quien aporta experiencia. El colombiano de 31 años juega de centrocampista y su presencia es un plus dentro del planteamiento del equipo. Para él, es esencial dar siempre el 100% en cada partido, sin importar la situación. “No importa donde se encuentre el Quito, siempre será un club grande”, afirma Buitrago.
Actualmente, el equipo azulgrana está compuesto en su mayoría por jugadores de Pichincha. También cuenta con la participación de otras provincias y con tres extranjeros. Para el técnico Vásquez, la afición ha sido indispensable dentro del duro momento que vive el equipo. “Cuando jugamos de locales hay entre 2 000 y 4 000 hinchas que apoyan al club”, manifestó el DT.
El entrenador resalta el compromiso de los jugadores. Para él es fundamental dentro de los objetivos planteados la entrega de la plantilla. “Los jugadores no reciben salarios mensuales, se les da una compensación en cada partido para incentivarlos”, aclara. Al no recibir salarios mensuales, algunos poseen empleos para poder sustentar sus necesidades. Juegan campeonatos barriales y también trabajan en las tardes.
“El dinero que te pagan no es de gran importancia cuando juegas para el Deportivo Quito”, afirmo Buitrago. “Este es un equipo histórico”, agrega. Los futbolistas se entrenan los lunes, miércoles y viernes. Los otros días tienen libres. La dirigencia hizo adecuaciones al complejo Ney Mancheno para que los jugadores puedan usar las instalaciones.
Uno de los más optimistas es Diego Andrade, golero del equipo. Él dice que la comunión ayudará al plantel. “El equipo está progresando, el complejo se ha renovado y de igual manera se abrieron membresías para los hinchas. Los jugadores también estamos aquí, apoyando al Quito”, comenta.
La dirigencia prepara un plan para respaldarse en los próximos dos años. Su propósito es hacer una buena temporada y después aspirar a ascensos para las siguientes categorías, hasta regresar a Primera. Además la directiva impulsa mejoras en el complejo Ney Mancheno, en Carcelén
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