El juzgado de Giessen, en Alemania, se ha convertido en el involuntario centro de atención del público debido al desenlace de un juicio entre los propietarios de un burro llamado Vitus y el dueño de un deportivo McLaren al que Vitus hincó el diente repetidas veces.
El incidente tuvo lugar el 15 de septiembre de 2016. Markus Zahn estacionó su automóvil, un McClaren Spider valorado en 310.000 euros junto a la cerca de un prado en la que vivía Vitus. El burro, al vislumbrar el estilizado deportivo de color naranja se acercó y, ni corto ni perezoso, comenzó a mordisquearlo con alegría, provocando daños en la carrocería por valor de 5.800 euros (casi 6.900 dólares).
Los dueños de Vitus se negaron a pagar la reparación alegando que el señor Zahn no debió haber estacionado junto al burro y que este probablemente confundió el vehículo naranjado con una zanahoria. El caso es que la cuestión acabó en los tribunales.
Hoy, el juzgado de Giessen ha ordenado a los propietarios de Vitus el pago de los daños después de que el dueño del McClaren descubriera que no es la primera vez que el asno la emprende a mordiscos con un automóvil, independientemente de su color. Al parecer ya trató de comerse un Mercedes en otra ocasión. El animal tiene buen ojo para los autos.
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