En 1995 un grupo de vecinos se comprometió a despedir el año bañándose en este río del centro peninsular, afluente del Guadiana, para celebrar que volvía a llevar agua tras un largo período de sequía.
Sin embargo, 22 años después de aquella primera cita no han podido darse ese chapuzón porque el río apenas mantiene una pequeña lámina de agua que cubre tímidamente su cauce.
Fuente: Globovisión / EFE
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