En medio de un nuevo ciclo de su trayectoria profesional con nuestro equipo, Luis Fernando Saritama conversó a fondo con www.deportivoquito.com. Es nuestro gran referente y pocos saben a fondo lo importante que ha sido para nuestros colores en las últimas décadas, desde su formación que inició a los trece años de edad.
Con algo de nostalgia, contó que decidió volver al equipo por Ramoncito Chiriboga. Obviamente su formación, el sentirse en casa y el deseo de arrimar el hombro en los momentos más duros lo empujaban siempre a Carcelén, pero aquel día en que le pidió al Viejito que lo espere para contar con él en su retiro, y que nunca pudo ser, fue lo que sacudió su espíritu.
Y también sintió el llamado de los colores divinos. Luis Fernando arregló su contrato con el club para esta temporada, después de saber que iniciaríamos con una resta de puntos que nos obligaría a aferrarnos al Milagro Azulgrana. En dicho marco, confesó que quiso hacer algo más, que quiso ser tan incondicional como nuestra hinchada en las gradas.
Dividió a su carrera como parte de Sociedad Deportivo Quito en tres etapas, más allá de la que vive actualmente en la Segunda Categoría del fútbol ecuatoriano. Destacándose páginas inolvidables como la de su formación y proyección al equipo de primera, quemando todas las etapas; después la consolidación y el salto al fútbol del exterior, también gracias a la AKD; y finalmente los objetivos cumplidos al capitanear los tres últimos títulos nacionales. Ahora, su misión y sueño pasan por ser testigo activo del renacer de la institución.
El Sari se entrecorta, pero deja en el aire la posibilidad abierta de seguir siendo parte activa del club, incluso después del retiro. No descarta animarse a ser presidente en algún momento, y por eso dijo haber vivido varias facetas dirigenciales y en la formación de nuevos talentos. Entre risas, recordó una anécdota del año 2015, en que debió hacer de gerente con los dineros que ingresaban para el primer equipo, repartiéndolos equitativamente y vigilando que se firmen los respectivos roles de pago. ¡Podría ser hasta gerente!
También está Life Football Sport, su empresa de formación de jugadores, que actualmente maneja el fútbol de cantera en nuestro equipo. Con un panorama desolador, vio la necesidad de devolverle al equipo un proceso juvenil que él vivió en sus primeras etapas de carrera, pero además, proyectar futbolistas con sentido de pertenencia y que sean el patrimonio azulgrana a corto, mediano y largo plazo. El primer resultado ha sido la promoción de chicos Sub 17 que hoy en día ya trabajan de lunes a viernes con el primer equipo.
Ser campeón después de 40 años, el llanto que nadie supo por haberse marchado en contra de su voluntad, un amigo que ya partió y otro con el que disfruta hasta el día de hoy, además de un nuevo Saritama ya convertido en socio oficial de la Noble Institución, es lo que ha recibido del Deportivo Quito a sus 34 años.
Finalmente se confesó amante de la gastronomía de su Loja querida: del repe y la cecina, pero casi adicto a los mariscos. Esto, antes de enviar su mensaje de agradecimiento a la hinchada, por todo lo que han transitado para acompañar al equipo en cualquier cancha. Él, y nosotros como institución, sabemos que este amor no morirá.
Él es Luis Fernando Saritama, un chico de la casa, que se formó, cumplió sus metas y volvió para devolver un poquito del amor que ha recibido.
#ElQuitoVive
Con algo de nostalgia, contó que decidió volver al equipo por Ramoncito Chiriboga. Obviamente su formación, el sentirse en casa y el deseo de arrimar el hombro en los momentos más duros lo empujaban siempre a Carcelén, pero aquel día en que le pidió al Viejito que lo espere para contar con él en su retiro, y que nunca pudo ser, fue lo que sacudió su espíritu.
Y también sintió el llamado de los colores divinos. Luis Fernando arregló su contrato con el club para esta temporada, después de saber que iniciaríamos con una resta de puntos que nos obligaría a aferrarnos al Milagro Azulgrana. En dicho marco, confesó que quiso hacer algo más, que quiso ser tan incondicional como nuestra hinchada en las gradas.
Dividió a su carrera como parte de Sociedad Deportivo Quito en tres etapas, más allá de la que vive actualmente en la Segunda Categoría del fútbol ecuatoriano. Destacándose páginas inolvidables como la de su formación y proyección al equipo de primera, quemando todas las etapas; después la consolidación y el salto al fútbol del exterior, también gracias a la AKD; y finalmente los objetivos cumplidos al capitanear los tres últimos títulos nacionales. Ahora, su misión y sueño pasan por ser testigo activo del renacer de la institución.
El Sari se entrecorta, pero deja en el aire la posibilidad abierta de seguir siendo parte activa del club, incluso después del retiro. No descarta animarse a ser presidente en algún momento, y por eso dijo haber vivido varias facetas dirigenciales y en la formación de nuevos talentos. Entre risas, recordó una anécdota del año 2015, en que debió hacer de gerente con los dineros que ingresaban para el primer equipo, repartiéndolos equitativamente y vigilando que se firmen los respectivos roles de pago. ¡Podría ser hasta gerente!
También está Life Football Sport, su empresa de formación de jugadores, que actualmente maneja el fútbol de cantera en nuestro equipo. Con un panorama desolador, vio la necesidad de devolverle al equipo un proceso juvenil que él vivió en sus primeras etapas de carrera, pero además, proyectar futbolistas con sentido de pertenencia y que sean el patrimonio azulgrana a corto, mediano y largo plazo. El primer resultado ha sido la promoción de chicos Sub 17 que hoy en día ya trabajan de lunes a viernes con el primer equipo.
Ser campeón después de 40 años, el llanto que nadie supo por haberse marchado en contra de su voluntad, un amigo que ya partió y otro con el que disfruta hasta el día de hoy, además de un nuevo Saritama ya convertido en socio oficial de la Noble Institución, es lo que ha recibido del Deportivo Quito a sus 34 años.
Finalmente se confesó amante de la gastronomía de su Loja querida: del repe y la cecina, pero casi adicto a los mariscos. Esto, antes de enviar su mensaje de agradecimiento a la hinchada, por todo lo que han transitado para acompañar al equipo en cualquier cancha. Él, y nosotros como institución, sabemos que este amor no morirá.
Él es Luis Fernando Saritama, un chico de la casa, que se formó, cumplió sus metas y volvió para devolver un poquito del amor que ha recibido.
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