La compañía municipal de transporte, Wiener Linien, pretende así acabar con uno de los problemas que más molesta a los pasajeros y que se ve agravado por las altas temperaturas.
De momento, «las reacciones de los pasajeros han sido muy positivas, nadie se lo toma demasiado a mal», explica Daniel Amann, portavoz de Wiener Linien.
«A muchos pasajeros del metro les incomodan los fuertes olores, sobre todo a aquellos que provienen de la comida rápida», añade.
Por eso, la idea ahora es prohibir subir a los vagones con ciertos alimentos, como pizzas, kebabs o fideos asiáticos, o incluso vetar por completo la comida en el metro, pero antes, la empresa ha pedido la opinión a los pasajeros a través de un cuestionario en su web.
El plan es, de momento, probar la medida únicamente en la línea U6, la más antigua de Viena, que recorre en su mayor parte tramos descubiertos, por lo que los vagones se calientan más, situación agravada en los trenes que no tienen aire acondicionado, cerca de un tercio del total.
En medio de la canícula que vive Austria este verano, se han llegado a registrar 35 grados centígrados en esos convoyes.
Fuente: Globovisión /RM
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