La escritora italiana Rosella Postorino se topó con el caso de Margot Wölk: decidió escribirlo, narrarlo y hacerlo novela.
Fue en 2012 cuando la alemana reveló su verdad oculta: era la única sobreviviente de las 15 mujeres que cataban los platos de Adolf Hitler para comprobar que no estuvieran envenenados.
Lo hacía tres veces al día: desayuno, almuerzo y cena. Cada bocado que probaba, manjares que escaseaban en el resto de Alemania, podía ser el último.
Pastorino se contactó con ella y pactó una reunión. Pero una semana antes de que el calendario marque la ansiada cita, Wölk murió.
Fuente: Globovisión/DASG
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