En la ciudad mexicana de San Cristóbal de las Casas, ubicada cerca de la planta de Coca-Cola, este refresco no solo se ha convertido en una alternativa para el agua, sino que también se usa en ceremonias religiosas e incluso como una especie de divisa.
Este fenómeno afecta de manera negativa la salud de la población. Cada vez más residentes locales padecen de obesidad y diabetes.
Bajo un acuerdo a largo plazo, que firmaron las autoridades locales y el gigante estadounidense, la fábrica tiene derecho a extraer alrededor de 1,1 millones de litros de agua por día. Según las estadísticas, los residentes locales consumen más de 2 litros de refrescos al día, ya que a veces resulta ser más accesible que el agua pura.
Por ejemplo, una botella de Coca-Cola de 1,5 litros tiene un precio de tan solo 18 pesos mexicanos, o 0,88 dólares, en comparación con el agua, que cuesta 10 pesos.
Según afirmó Margarita Gutiérrez, de la Fundación Cántaro Azul, el gigante estadounidense aprovechó de la situación, ya que culturalmente la gente local "adoptó la Coca-Cola de una manera fuertísima, la introdujo y la apropió a su cultura". La mujer señaló que los mexicanos se hacen cada vez más adictos al azúcar y a este refresco, pero al mismo tiempo, no tienen suficiente información acerca del daño que causa a la salud.
Esta bebida azucarada goza de tanta popularidad entre la población local, que incluso se usa en algunos ritos religiosos. Asimismo, las botellas de Coca-Cola se colocan en ofrendas florales.
"Es una ofrenda para el trabajo diario y para Dios", declaró a Ruptly la curandera indígena María López. Según la mujer, el refresco es capaz de "quitar todos los males y mantener contento al corazón", además de "eliminar todo lo malo de tu cuerpo".
La soda incluso se usa como moneda dentro de la comunidad local. Por ejemplo, cuando una familia tiene que dar una dote a su hijo, tiene que pagar en efectivo, pero también es posible "pagar el equivalente en botellas del refresco", explicó a Ruptly Rigoberto Alfaro, profesor de la Universidad Autónoma de Chiapas. El economista subrayó que la compañía lanzó una estrategia "muy interesante", que permite adquirir el refresco por un precio más bajo en el área rural.
"Si una persona no tiene dinero, puede utilizar el refresco como una moneda de cambio", indicó.
A su vez, el jefe del Departamento de Nutrición del Hospital de Culturas, Luis Alberto Ferrera, declaró a Ruptly que cada vez más personas acuden al hospital con síntomas de obesidad, desnutrición, hipertensión y diabetes.
"El problema de la salud pública se empieza a agraviar", lamentó Ferrera, quien también informó que cinco de cada diez personas consume este refresco "en estas fechas", y no solo se trata de la población indígena, sino que también de los "profesionistas del área urbana".
Coca-Cola, por su parte, niega todas las acusaciones y culpa a las autoridades locales de la escasez de agua y la crisis sanitaria.
Fuente: Globovisión |Sputnik|CP
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