Ante el crecimiento de contagios en Quito, el ministerio de Salud anuncia la contratación de 500 médicos, mientras en el Hospital Carlos Andrade Marín amplió la capacidad para atender casos de COVID-19.
Decenas de personas buscan atención médica en las estaciones del municipio de Quito. Están desde antes de las 4 de la mañana cuando la atención recién empieza a las 8. Horas en un frío intenso, pero es lo de menos, algunos tienen dificultad para respirar y en especial miedo a que la prueba confirme que tienen COVID-19.
Decenas de personas con cobijas, con la esperanza en las manos de que alguien los atienda. Esto pasa en el sur de Quito, en la Unidad Educativa Quitumbe, pero es igual en el norte, en el centro, en las otras 10 estaciones de triaje municipal.
El Hospital Carlos Andrade Marín sumó una sala de triaje para 20 pacientes y 27 camas más a las dedicadas a COVID-19, adaptó la unidad de traumatología. Con esto completarían 206 camas para COVID-19, casi la mitad del hospital. Esperan la llegada de profesionales para habilitar la unidad ampliada. El ministro de Salud dice que ya ha conseguido financiamiento para incrementar el personal sanitario del centros de salud.
Los médicos ya están por agotar sus fuerzas, necesitan relevos y no es que las cosas estén cambiando en cuando a la demanda de los hospitales por COVID-19.
En el Carlos Andrade Marín, por ejemplo, las 80 camas de atención crítica están copadas. Entre ayer y hoy hubo 186 casos más, completando los 12.747, siete personas fallecieron, llegando ya a 683 en Pichincha.
El ministro Zevallos dice que cada exceso de ciertos ciudadanos con fiestas, aglomeraciones implica a las pocas semanas hospitalización de emergencia por COVID-19. Y no siempre son los que beben alcohol, los que se divierten, lo que creen que no pasa nada, son sus padres, sus abuelos, sus seres queridos.
Vía Ecuavisa
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