Casi un mes después de que se rescatara el cadáver del primer inquilino de debajo de los escombros que dejó el derrumbe de un edificio de la localidad de Surfside, en el condado de Miami, este lunes han sido identificados los restos mortales de Estelle Hedaya, de 54 años, la última víctima mortal de esta tragedia, que cierra la cifra de muertes en un total de 98.
Según las autoridades, se ha identificado a todo aquel que se había dado por desaparecido.
“Es difícil de creer que haya pasado un mes desde la que puede ser la mayor tragedia de la historia de nuestra comunidad”, declaraba el sábado pasado en Twitter Daniella Levine-Cava, la alcaldesa del condado de Miami-Dade, donde se encuentra Surfside.
“Aunque el lugar del derrumbe fuera pequeño, en una ciudad muy compenetrada, el impacto se ha sentido mucho más allá de nuestro condado, ha afectado muchas vidas en todo el mundo”, expresó Levine-Cava en un vídeo publicado en la red social, reseñó El País.
Los equipos de búsqueda y rescaten ponían fin a su labor el pasado viernes 23, un día antes de que se cumpliera un mes del infortunio que cambió la vida de familias enteras.
Las imágenes de la tragedia, grabadas en 11 segundos de vídeo de una cámara de seguridad de un edificio vecino, hizo que el dolor llegara a lugares alejados y remotos como Venezuela e Israel, países en los que nacieron muchos de los residentes. Con toda probabilidad se trata del peor colapso nunca antes sucedido en Florida.
El edificio de 12 plantas se derrumbó en la madrugada del día 24 de junio, por lo que los bomberos y otros expertos en situaciones de emergencia encontraron casi todos los cadáveres en sus camas.
Excepto un adolescente, que sobrevivió, y su madre, que aún respiraba al ser extraída de entre las ruinas, pero que murió al llegar al hospital, nadie más ha sido rescatado con vida.
A última hora del día en que Estados Unidos celebra su Independencia, el pasado 4 de julio se demolió de forma controlada la parte del inmueble que seguía en pie y que dificultaba las labores de rescate.
Por algunos días más, los familiares de las personas desaparecidas se alimentaron de la esperanza de encontrar a algún ser querido con vida. Se extrajeron hasta 10 cadáveres tras el nuevo derrumbe provocado. Cada día, las autoridades confirmaban que seguía el rescate.
El 7 de julio, dos semanas después del colapso original, el equipo de emergencias renunció a encontrar a nadie con vida y anunció el inicio de la etapa de recuperación de cuerpos.
Aquel día recogieron a los perros rastreadores y retiraron los aparatos y las cámaras que localizan sonido y revelan vida por la temperatura de los cuerpos. Llegó a haber 200 rescatistas en el lugar del suceso, que además fue azotado por el viento y la lluvia que dejó a su paso la tormenta tropical Elsa.
Donde antes se erguía el edificio conocido como Champlain Towers, ahora existe un solar casi totalmente aplanado, después de que las máquinas apisonadoras allanaran el terreno, y los trabajadores retiraran hasta 10.000 toneladas de escombros.
Todos esos cascotes, el amasijo de los restos que una vez fue un edificio, han sido trasladados a un depósito en Miami, donde los especialistas prosiguen las labores de recuperación de restos humanos.
Mientras tanto, la indagación sobre lo sucedido sigue su curso y el informe de la agencia federal a cargo de la investigación (el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, NITS en sus siglas en inglés) puede tardar años en llegar.
La gran pregunta, dolorosa y que está sin responder, es qué hacer con el lugar que ocupó el inmueble construido en 1981. Tanto propietarios como autoridades se debaten entre edificar de nuevo o crear un monumento en el solar en honor a los fallecidos.
Fuente: El País
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