Por años, Luis Ernesto Vargas anhelaba comer dentro de la cárcel una hamburguesa con aguacate y el fin de semana feriado su madre, Blanca Alatorre y su abogado Alex Gálvez le cumplieron el deseo.
En Santa Ana, Vargas pasó los últimos seis meses del periplo que vivió durante 16 años detrás de las rejas.Falsamente fue acusado de ser un violador en serie y hubiera purgado una sentencia de 55 años a cadena perpetua.
“Gracias a Dios ya terminó...
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