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26 jul 2016

Australia ordena investigar supuestos abusos en una prisión juvenil

La imagen de una cámara de vigilancia muestra una celda pequeña, sin ventanas, con un adolescente encerrado en ella. De pronto entran tres guardias, lo tiran al suelo, lo desnudan y se van con su ropa. El niño se lanza contra la puerta pero después se va a sentar a un rincón, baja la cabeza y se coge las piernas. Imágenes de este maltrato y otras de brutalidad similar corresponden a una prisión juvenil de Australia y han sido dadas a conocer en un reportaje televisivo de la cadena ABC. El escándalo ha llevado al primer ministro, Malcolm Turnbull, a anunciar este martes que el máximo órgano de investigación en el país indague sobre el tratamiento de los niños en detención.
Las grabaciones fueron hechas en el centro Don Dale del Territorio del Norte entre 2010 y 2014, año en el que fue cerrado, tras un escándalo por el uso de gases lacrimógenos contra seis adolescentes aborígenes que supuestamente se habían amotinado. El reportaje ha abierto además un debate sobre el trato a la población aborigen, que es mayoritaria en esa zona de Australia y está sobrerrepresentada en las cárceles. Los aborígenes entre 10 y 17 años de edad representan el 59% de la población carcelaria en Australia, un país de 23 millones de habitantes, de los cuales unos 450.000 son aborígenes, según datos de Amnistía Internacional.
La primera reacción del gobierno ha sido la destitución del ministro de Servicios Penitenciarios del Territorio Norte, John Elferink. "Como todos los australianos, estoy profundamente conmocionado y horrorizado por las imágenes del maltrato a los niños", ha declarado el primer ministro, que ha pedido que la comisión investigadora determine "si existe una cultura de torturas extendida en el sistema de detención en el Territorio Norte o si era específica a ese centro".
Dylan Voller, un aborigen que ahora tiene 17 años de edad, es una de las víctimas de Don Dale. En uno de los episodios más duros del reportaje periodístico, Voller aparece con la cabeza cubierta por una capucha blanca que le dificulta la respiración, y se ve cómo le atan a una silla con grilletes, las piernas, los brazos y el cuello, y lo dejan solo en castigo por tratar de autolesionarse. "Relájate. Volveremos a visitarte. No te queremos mantener así", le dice al adolescente uno de los guardias.
Jake Roper, uno de los niños aborígenes que aparecen en esas imágenes, ingresó en Don Dale por robar un coche mientras se encontraba sin hogar. Roper, que se pasó 15 días en una celda de aislamiento por intentar escaparse, recuerda que el tiempo que pasó internado en el reformatorio fue "básicamente tratado como un animal".
Líderes políticos y sociales, Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y usuarios de las redes sociales han condenado las torturas, el maltrato y los abusos verbales, como los innumerables insultos que proferían los guardias a las víctimas internadas en el reformatorio.

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