Ahora se ha comprobado, y así lo avalan los expertos, que existen buenas razones para no prescindir de la yema.“La gran aportación alimenticia del huevo se encuentra en la yema”, afirmó la nutricionista Sílvia Romero.
“Si la eliminamos, dejamos de ingerir parte de la proteína y disminuye la calidad de la proteína total, lo que repercute en un menor valor biológico”, agregó.
No debería extrañar a nadie que el grueso de los nutrientes se encuentren en la parte amarilla del huevo, porque está diseñada biológicamente para actuar como fuente primaria de alimentación para embriones en desarrollo.
Recientes investigaciones científicas apuntan que los huevos no sólo no son perjudiciales para las arterias, sino que disminuyen el riesgo de sufrir un ataque al corazón, una embolia u otras dolencias coronarias.
Es así porque la yema hace aumentar el nivel del colesterol, pero del bueno, o HDL (lipoproteína de alta densidad), que ayuda a mantener en buen estado las paredes interiores de las arterias y a expulsar de estas las acumulaciones de colesterol malo (LDL).
Fuente: Globovisión/AC
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