Tres policías murieron y otros siete resultaron heridos este viernes 22 de noviembre de 2019 en un atentado con cilindros de gas cargados de explosivos contra una estación policial en Santander de Quilichao, un municipio enclavado en una conflictiva zona del suroeste de Colombia.
“Fue un atentado contra la estación de policía con cilindros puestos en una rampa que lastimosamente nos deja en este momento tres muertos y siete heridos”, dos de ellos de gravedad, dijo a AFP el secretario de gobierno Jaime Asprilla. El funcionario descartó que el ataque, ocurrido alrededor de las 21:00 locales, tenga relación con las protestas que sacuden al gobierno de Iván Duque, y lo atribuyó a grupos armados que operan en el convulso departamento del Cauca, al que pertenece Santander de Quilichao.
“Es un atentado de grupos organizados que manejan recursos y que tienen que ver con el tema de la droga”, agregó. Asprilla aseguró que la alcaldía decretará toque de queda hasta el domingo para garantizar el orden público y la seguridad de los habitantes. Disidentes de la exguerrilla FARC, rebeldes del ELN y bandas narco de origen paramilitar se disputan el control territorial del Cauca, que tiene miles de hectáreas sembradas de narcocultivos y es una salida estratégica de droga por el Pacífico con rumbo a Estados Unidos.
Esa región, con fuerte presencia indígena y negra, ha sido epicentro reciente de asesinatos selectivos contra líderes sociales, guardias indígenas y activistas. A finales de octubre y principios de noviembre se presentaron dos matanzas y otros asesinatos más, que dejaron un saldo de 16 asesinados, la mayoría indígenas, según la Defensoría del Pueblo.
En lo corrido del año la oficina en Colombia de la Alta Comisionada de la ONU ha documentado al menos 52 asesinatos en territorio de los indígenas nasa, en el norte de la región.
El gobierno de Duque respondió a la ola de violencia con el anuncio de despliegue de 2 500 militares de élite para combatir a las disidencias de las FARC, responsables de los homicidios. Duque relaciona la violencia en el Cauca con el narcotráfico y “el crecimiento exponencial” de narcocultivos de los últimos años, que alcanzaron 169 000 hectáreas en 2018, según la ONU. Tras décadas de persecución a las drogas, Colombia sigue siendo el principal productor de cocaína y Estados Unidos, su mayor consumidor.
Fuente: El Comercio
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