Deportivo Quito salió vivo en un año que los puso como vulnerables a la extinción

Lo superficial tiene que ver con los resultados deportivo en Sociedad Deportivo Quito, uno de los clubes grandes del país y, junto a Liga de Quito, los dos con más presencia mediática en el entorno. Terceros en el torneo de AFNA, se tiene que ver más allá de las narices.

Un año más de espera y ansiedades se vivirá en la AKD, equipo que ha sabido ser cinco veces campeón del fútbol grande del Ecuador, y que literalmente sobrevivió a un año de pandemia, en el que las circunstancias les quitaron el pulmón, para muchos artificial, con el que han respirado después de sombrías administraciones que lo hipotecaron en honor a los éxitos y en desmedro de la salud institucional: la hinchada.

 

Sin aficionados en los estadios, lo cual en Segunda Categoría representa casi el 80% de los ingresos del equipo de La Plaza del Teatro, y dirigidos por Gustavo Vásquez en un inicio y Raúl Duarte en el cierre, los chullas se quedaron con las ganas de clasificarse a los play-offs de la Segunda Categoría, al rematar terceros en el torneo de Pichincha; por detrás de Cumbayá FC (ascendido) y Aampetra (semifinalista).

 

Una suspensión, que le impidió disputar su partido contra Juventud FC, ha sido el lunar en la gestión azulgrana durante 2020, porque luego, la gestión en pago de deudas y acuerdos con acreedores ha sido casi impecable. Al mismo tiempo, y salvo montos casi insignificantes, en el club se mantuvo pagada a la plantilla de jugadores y su equipo de trabajo; cosa que varios clubes de primera división no pueden apuntar en sus récords administrativos.

 

Pero un tema mayor ha sido la bandera de temporada en Sociedad Deportivo Quito. Y es que por primera vez, en no menos de tres décadas, una Asamblea de rendición de cuentas, que contó con la aprobación de sus socios asistentes, fue presentada a partir de la campaña 2017. Los temas abordados fueron: informe de presidencia, informe de RRPP, informe económico, informe jurídico y planteamiento de posibles escenarios a futuro.

 

Su hinchada jugará un papel fundamental durante 2021, en materia de ese aliento del que siempre se han vanagloriado, respaldando las iniciativas que partan desde su dirigencia, sabiendo que muy difícilmente, en un mediano plazo, podrán volver a las gradas a entonar el ensordecedor: “Y dale, Quito, dale”. Nunca antes la vida institucional ha estado tan en manos de los suyos.