Dos oficiales de seguridad del campus de una universidad de Virginia, en el sureste de Estados Unidos, murieron el martes en un tiroteo en el centro educativo, mientras que un estudiante también fue asesinado en un colegio en Minnesota el mismo día.
Los dos agentes recibieron disparos de un sospechoso que huyó del lugar y luego fue aprehendido, informó la policía estatal de Virginia en un comunicado, de acuerdo a lo reseñado por la revista Semana.
Múltiples unidades de las fuerzas del orden llegaron al campus de Bridgewater College alrededor de las 13H20 locales (18H20 GMT) en respuesta a reportes de que había un tirador activo en el lugar, según el texto.
La universidad está ubicada en la localidad de Bridgewater, a unas dos horas y media de la capital Washington.
El sospechoso, un hombre de 27 años llamado Alexander Wyatt, fue arrestado después, señaló la policía estatal de Virginia, agregando que tenía una “herida no letal por arma de fuego”.
No está claro si la policía le disparó o si la herida fue autoinfligida. Ya fue acusado por asesinato, según la autoridad.
El gobernador de Virginia, Glen Youngkin, tuiteó que había sido informado de la situación e indicó que “el atacante está en custodia y la policía local y estatal están en la escena”.
Los oficiales fallecidos “eran amigos cercanos, conocidos por muchos de nosotros como el ‘dúo dinámico’”, dijo el presidente del centro universitario, David Bushman, en un comunicado en su sitio web.
“Eran queridos por estudiantes, profesores y empleados”, señaló.
En paralelo, el tiroteo en Minnesota, en el medio oeste de Estados Unidos, ocurrió en la localidad de Richfield a las afueras de Minneapolis cerca del mediodía, dijeron oficiales, dejando un estudiante fallecido y otro herido.
Los atacantes abrieron fuego a los estudiantes en una acera a las afueras del South Education Center antes de huir en un auto, informó el jefe de la policía de Richfield, Jay Henthorne, al periódico StarTribune.
Dos sospechosos fueron detenidos más tarde, según el diario, señalando que amigos de la víctima lo identificaron como Jamari Rice. Varios periodistas locales aseguraron que el estudiante muerto era hijo del activista Cortez Rice, del movimiento “Black Lives Matter” (Las vidas negras importan).
Cortez Rice fue arrestado el año pasado y acusado por intento de intimidación a un juez que llevaba el juicio de la expolicía Kim Potter, quien mató a un hombre negro en abril cuando dijo que confundió su “taser” con su pistola en un punto de control de tránsito.
Cabe recordar que el aumento de tiroteos y muertos por balas perdidas en Estados Unidos tiene preocupada a la ciudadanía en general que clama por una ley más estricta al uso de armas en el país.
Además de números récord de suicidios y homicidios en varias ciudades del país, una cantidad no precisada de personas muere por balas que no les estaban destinadas. Esas muertes desatan fugazmente la atención de los medios y la Policía, como ocurre con los tiroteos masivos, pero luego la atención disminuye hasta la próxima tragedia.
“Ocurre muy a menudo”, dijo Chris Herrmann un experto en violencia por armas del John Jay College of Criminal Justice de Nueva York. “Si eso ocurriera en otro país, sería noticia de portada”, añadió.
“Es imposible entender cómo esto puede ser cierto”, dijo su hermana Kate al diario The Atlanta Journal-Constitution. Casi una semana después, Kerri Gray conducía con su hijo de seis meses cuando escuchó un ruido y dos autos pasaron a toda velocidad. “No hubo vidrios destrozados. No hubo gritos. Fue un instante”, dijo a periodistas tras la muerte de su pequeño.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) dijeron que no hacen un seguimiento de las muertes por balas perdidas en Estados Unidos, donde anualmente unas 40.000 personas mueren por armas de fuego, en la mayoría de los casos suicidios.
Fuente: Semana
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