Luego de una noche sin dormir la mente se encuentra dispersa. Estudios de neuroimagen realizados en la Universidad de Pensilvania (EEUU) revelaron que se debe a una merma de la actividad en las neuronas de la corteza prefrontal, que mantienen la atención continua, así como de la llamada red de prominencia.
Esta área del cerebro se ocupa de reconocer la información nueva en el entorno y de concentrar la atención en los acontecimientos importantes. No solo eso: la velocidad de reacción de nuestra materia gris también se reduce significativamente tras veinticuatro horas de vigilia.
Se altera el reloj biológico
Una sola noche en vela es suficiente para que la actividad de los genes que controlan el reloj biológico de tus células se trastoque.
Aumento del apetito
Los científicos han demostrado que una jornada sin dormir provoca que las neuronas del área del cerebro relacionada con el deseo de comer, la corteza cingulada, se activen con más intensidad de lo normal.
Mal humor
Si no pegas ojo es más probable que discutas con tu pareja, según comprobaron Amie Gordon y sus colegas de la Universidad de California, en Berkeley (EEUU).
Decisiones temerarias
Científicos de las universidades de Berkeley y Harvard (EEUU) han probado que el insomnio aumenta a corto plazo la euforia y la predisposición a ser arriesgados en sus resoluciones.
Riesgo de alzhéimer
Mientras se duerme las proteínas ß-amiloides que durante el día se acumulan en el cerebro –y que están relacionadas con el alzhéimer– se eliminan hasta reducir a mínimos su concentración. Sin embargo, una jornada sin dormir impide que se produzca esa limpieza, lo que aumenta el riesgo de padecer demencia.
Fuente: GV/ Con información de Muy Interesante
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