Para hacer frente a los elevados costes de electricidad que pueden ascender hasta los 3 000 euros para el mes de diciembre, Nermin y Rolf Vogt ofrecen cada tarde y noche el tradicional vino caliente con especias alemán, comida y artículos de regalo. “A la gente le gusta mucho”, indicó la mujer. El matrimonio tuvo la idea de convertir su casa y terreno en un paisaje navideño iluminado durante un viaje que hicieron a Estados Unidos en diciembre de 1999, donde es habitual que los hogares centelleen y brillen. Desde entonces, los padres de tres hijos ya mayores adornan su hogar cada año. “Comenzamos con cerca de 15 000 luces y cada año fue creciendo”, comentó Nermin Vogt. “Esto nos produce alegría”, agregó.
por Diario EL COMERCIO














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