La muerte de Walter Arizala Vernaza, alias Guacho, líder del grupo narcodelictivo Oliver Sinisterra, deja sin piso los dos autos de llamamiento a juicio que le hiciera la justicia ecuatoriana dentro de los procesos que se le seguían por los delitos de terrorismo y delincuencia organizada y terrorismo. Pero los procesos seguirán contra los miembros de su banda.
En ambos casos la etapa de juicio contra Guacho se suspendió, debido a que estaba prófugo. Pero desde el viernes, día en que las fuerzas de Colombia mataron a Arízala, en Llorente, en el Departamento de Nariño, lo que queda en Ecuador es la extinción del proceso y la pena contra el acusado fallecido.
Paúl Ocaña, experto en temas penales, confirma que la muerte de Guacho hace que el procesamiento penal en su contra quede hasta ahí, pero explica que antes de declarar la extinción de la acción penal, las autoridades deben solicitar a Colombia la partida de defunción e incluso la documentación de la autopsia.
En el llamado a juicio por terrorismo y delincuencia organizada a alias Guacho y a otras 21 personas se los acusaba de preparar y ejecutar el atentado del 27 de enero afuera del Comando de Policía de San Lorenzo (Esmeraldas) y por estar involucrados en dar protección a organizaciones dedicadas al narcotráfico, tráfico de armas, entre otros.
En ese proceso a Guacho, a sus comandantes Tomás S., alias Guadaña; Jhon C., alias Sombra; Carlos L., alias la Gringa; Antonio C., alias Rápido, explosivista; y Geovany P., alias Amarillo, comandante de todas las milicias de Guacho, se los llamó a juicio por dos delitos, debido a una concurrencia de infracciones existente.
De esta primera lista, Arízala, los colombianos Tomás S., Jhon C. y el ecuatoriano Carlos L. estaban prófugos y solo están detenidos en cárceles de Ecuador alias Rápido y Amarillo.
Las restantes 16 personas solo fueron llamadas a juicio por el delito de delincuencia organizada. Según la Fiscalía de Ecuador, todos son parte del grupo Oliver Sinisterra, que acciona en la frontera.
Ocaña sostiene que la extinción de la acción penal que opera para Arízala por su muerte no suspende el procesamiento penal del resto de involucrados. Reconoce que el fallecimiento del cabecilla del grupo limitará la investigación, por ello cree que Fiscalía debe cambiar su estrategia y echar mano de la figura de la cooperación eficaz para desenredar esta compleja trama.
Diario El Universo
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