Mauricio Bayas
El proyecto de Independiente del Valle crece a pasos acelerados. La idea que germinó en el 2005, tomó forma en el 2007 y aterrizó en el fútbol de la Primera categoría desde el 2010, es un atractivo en el continente. En nueve participaciones de los rayados en los campeonatos ecuatorianos de fútbol ha conseguido la representación en ocho ocasiones en las copas internacionales: Libertadores (5) y Sudamericana (3).
Bautizado como un equipo ‘Benjamín, mata gigantes’, el plantel de Sangolquí ha logrado en nueve años lo que equipos tradicionales del fútbol ecuatoriano, con décadas de vida y millonarias inversiones, no han podido. “Parece un sueño que ascendimos a Primera en el 2010 y en el 2016 ya jugamos una final de la Libertadores. Tres años después este equipo está soñando con otra final en la Sudamericana”, admitió Michael Deller, uno de los mentalizadores del proyecto.
Con una base de futbolistas juveniles formados en sus propias canteras, al club le tomó tres años llegar a su primera participación internacional: la Sudamericana del 2013. Lo hizo como vicecampeón del fútbol ecuatoriano. Es un caso particular el del club: ha estado más cerca de lograr un título internacional que un campeonato a nivel de Ecuador.
Basado en su fórmula de invertir en las formativas, Independiente registra cinco participaciones consecutivas en la Libertadores entre el 2014 y el 2018. Según la directiva, el club invierte cerca de USD 1,3 millones en las categorías formativas. El presupuesto de todo el club supera los USD 5 millones. Una inversión que ha rendido frutos por sus participaciones en las copa, sobretodo en la Libertadores.
La más brillante de todas fue en el 2016 donde logró clasificarse a la final del torneo dejando en el camino a clubes argentinos como Boca Juniors y River Plate. Sin embargo, se tuvo que conformar con ver la vuelta olímpica del Atlético Nacional en la final jugada en Colombia.
Tres años después, el equipo vuelve a estar en la vitrina internacional. En la semifinal de ida ganó a Corinthians 2-0, en Brasil, y está a 90 minutos de conseguir el boleto a su segunda semifinal en un torneo Sudamericano. El proyecto del club afianzó sus pilares en un convenio con la Academia Aspire de Catar para marcar un estilo de juego en todas sus categorías.
Aunque las vitrinas del club están atestadas de títulos por las formativas, el sueño de la directiva es alcanzar un título a nivel local. Sin embargo, el destino vuelve a ubicar al equipo en la vía a una final en el segundo torneo más importante a nivel del Continente: la Sudamericana.
De lograr el paso a la gran final, el 9 de noviembre pudiera llegar a disputar el título en una final única en Asunción, según el nuevo formato establecido por la Conmebol.
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