Las pérdidas económicas causadas por desastres naturales y siniestros provocados por el hombre aumentaron un 25% en 2020 hasta alcanzar los 187.000 millones de dólares (153.000 millones de euros), según una primera estimación de la reaseguradora suiza Swiss Re.
La parte de los gastos sufragados por las aseguradoras ascendió a 83.000 millones de dólares, lo que supone un aumento del 32% en comparación con el año anterior, convirtiéndose así en el quinto año más caro para el sector desde la década de 1970, según informó en un comunicado el grupo que actúa como asegurador de las aseguradoras.
La factura para las aseguradoras por catástrofes naturales aumentó en un 40% en un año hasta alcanzar los 76.000 millones de dólares, debido principalmente a las denominadas catástrofes "secundarias", y no a catástrofes muy grandes de escala excepcional, dijo Swiss Re.
Su frecuencia debería aumentar con el cambio climático, indicó el grupo suizo, subrayando que estas catástrofes secundarias en la clasificación utilizada por las aseguradoras representan por sí solas el 70% de los costes que tienen que cubrir.
Las pérdidas económicas se incrementaron por las tormentas, inundaciones y granizadas, así como por los incendios.
La temporada de huracanes en el Atlántico Norte también fue muy activa este año. Las pérdidas cubiertas por las aseguradoras ascendieron a 20.000 millones de dólares.
Sin embargo, la factura es considerablemente menor que en 2005 y 2017, ya que los huracanes afectaron a zonas menos densamente pobladas.
En 2005, el huracán Katrina, que inundó Nueva Orleans, costó a las aseguradoras 87.000 millones de dólares.
En 2017, la factura fue aún mayor con los huracanes Harvey, Irma y María, hasta 97.000 millones de dólares.
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