Al enlace celebrado este sábado en la localidad floridana acudieron amigos y vecinos de la prometida y del novio, un ficus cuyas raíces cubren una extensión de 8.000 pies cuadrados (744 metros cuadrados). Aunque el laurel indio se encuentra en un terreno propiedad del ayuntamiento de Fort Myers, su raíces se extienden hasta un lote vecino que está a la venta por un millón de dólares. Por ese motivo, en diciembre pasado el departamento de obras públicas de la ciudad autorizó la tala del árbol, a lo que se oponen Cooper y un grupo de residentes en el vecindario de Valencia Terrace, que se ha movilizado para frenar cualquier intento de talar el ficus. Según News-Press, una persona interesada en la compra del terreno colindante preguntó en 2017 a las autoridades cuáles eran sus responsabilidades respecto del árbol, ya que no quería asumir las consecuencias si llegara a caerse sobre una vivienda. En un cartel colocado sobre una valla del parque público se puede leer: “¡Salvemos el ficus!” ante la propuesta de las autoridades de su “total eliminación a petición del nuevo propietario del lote vacante”. “Una nueva casa grande sí es una invasión, no este bello árbol.
Por favor, no seas complaciente”, subraya el cartel. Al parecer la movilización ha surtido efecto y el ayuntamiento de la ciudad está reconsiderando su planes iniciales de cortar el árbol, pero el destino del ficus todavía es incierto, dijo la mujer. “Todavía no está a salvo”, resaltó. El martes tendrá lugar una reunión oficial para determinar si el ahora casado ficus de Snell Park continúa dando sombra y cobijo a los paseantes y vecinos o es cortado y arrancado para siempre.
por Diario EL TELÉGRAFO
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