Este jueves, los vecinos de San Juan de Aznalfarache (Sevilla, Andalucía, España) arrojaron tomates, lechugas y frutas a los bomberos que fueron a sofocar el incendio de una vivienda porque estimaron que habían tardado demasiado tiempo en acudir a la llamada de urgencia, informa 20 Minutos.
Los servicios de prevención y extinción de incendios comprendieron "el enfado" de esas personas, pero su portavoz, David Rico, achacó la demora a la falta de personal. En estos momentos, ese cuerpo de bomberos cuenta con 43 efectivos, cuando debería tener 60, y con cuatro operadores de comunicaciones, cuando tendrían que ser cinco.
Rico denunció que "cada vez vamos a peor" porque "hay más bajas" y confió en que no ocurran sucesos de más gravedad porque "las consecuencias" podrían ser "aún peor" y "no queremos llegar a ese extremo".
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