Ante la llegada de las temperaturas sofocantes, la recomendación general es no realizar actividad física entre la franja horaria de 10 a 18, quedando como las opciones valoradas las primeras horas de la mañana y la noche. Algunos prefieren arrancar el día recargados. Otros, se inclinan hacia después de la jornada laboral para descargar las tensiones acumuladas.
Jorge Franchella, médico deportólogo y cardiólogo, señaló que primero se debe tener en consideración el ritmo circadiano, que hace que el cuerpo tenga la menor temperatura a las 5 de la mañana (35 grados) y la mayor entre las 7 y las 9 de la noche (37 grados).
"Habitualmente, a ese ritmo lo podemos acompañar con la actividad física en ciertos horarios. Por ejemplo, se sabe que hay un rendimiento del cuerpo diferente a lo largo del día, por eso los récords mundiales de atletismo se suelen dar entre las 7 y 10 de la noche", explicó.
Entrenar durante el ocaso del sol puede incrementar las pulsaciones y activar el sistema nervioso generando una excitación y un lógico cansancio, que se refleja más tarde en la relajación, es decir que puede dificultar el sueño.
Fuente: GV/ Infobae
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