“¿Qué les voy a decir a mis alumnos?”, se preguntaba este martes por la tarde en una cafetería cercana al instituto, frente a un café sin cafeína, la profesora Alicia Blonde, de 58 años. Lleva 18 años en el instituto Stoneman Douglas y está devastada por lo ocurrido. Ella estaba allí y sobrevivió, igual que alrededor de 1.500 alumnos que se encontraban en la escuela ese nefasto día de San Valentín. Todos ellos, recuerda Blonde, y también los profesores y empleados, son víctimas.
La jornada arrancará este miércoles. Será un día escolar más corto y, por supuesto, distinto de lo normal. Cada clase durará en torno a 20 minutos y no se impartirán contenidos sino que los maestros tratarán de acoger a sus alumnos con palabras de apoyo y escuchar lo que necesiten expresar. En el instituto hay niñas y niños desde los 14 años a los 19 años. El Stoneman Douglas es un enorme centro de enseñana secundaria, público, que tiene unos 3.200 alumnos en total y unos 200 empleados.
Fuera del instituto hay un memorial con cruces, flores, recuerdos y mensajes por cada uno de los 17 fallecidos (14 alumnos y tres adultos) en la masacre. No deja de llegar gente de la zona y de lugares distantes a presentar sus respetos.
El 24 de marzo se espera en Washington una manifestación multitudinaria a favor de un mayor control del mercado de armas para civiles, liderada por los chicos de Parkland. Allí estará con ellos, “en primera línea”, la profesora Alicia Blonde, que este martes meditaba dolida: “De verdad que tenemos que conseguir parar este problema. Si no, yo no sé cómo voy a poder seguir viviendo en mi país”.
Fuente: Diario El País
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