Israel sigue con el levantamiento gradual de las restricciones para contener el coronavirus, y hoy aprobó la reapertura de todos los comercios a pie de calle, otro paso para reactivar su economía tras la peor fase de la pandemia.
Los establecimientos en la vía pública que seguían cerrados -algunos ya abrieron hace cinco días-, barberías, peluquerías y salones de belleza podrán reabrir a partir de este domingo, pero los centros comerciales seguirán clausurados, informó en un comunicado la oficina del primer ministro, Benjamín Netanyahu.
Cafeterías y restaurantes, que hasta ahora solo podían realizar pedidos a domicilio, podrán ofrecer productos para llevar, pero la estancia de clientes en los locales seguirá vetada: aún se tardará en ver a la gente sentada en bares y terrazas mientras toma una cerveza o come con los amigos.
Ante el impacto en el país del COVID-19, que registra 193 muertos y más de 14.880 infectados, el Gobierno impuso desde marzo severas restricciones que comenzó a levantar el pasado 19 de abril.
Desde entonces aumentó el transporte público, permitió reabrir parte del comercio minorista y autorizó trabajar al 30% de la plantilla en empresas e industrias -con un máximo de diez personas-.
Entre las condiciones para que los comercios reabran se requiere que estén a pie de calle y respeten las reglas de prevención: barreras de separación entre empleados y clientes, dos metros de distanciamiento social, estrictas normas de higiene y mantener un número reducido de personas en el interior de los locales.
Con estas medidas, Israel prevé retomar «la rutina con precauciones» y recuperar poco a poco su actividad económica, muy afectada por la pandemia: el país registra más de un millón de desempleados y los daños económicos han golpeado todos los sectores.
Ante ello, el Gobierno aprobó hoy la entrega de un paquete de unos 2.100 millones de euros para apoyar a trabajadores autónomos y pequeñas empresas, que han visto como su actividad quedaba reducida al mínimo o incluso a cero estas últimas semanas.
No obstante, pese al levantamiento de algunas restricciones, la población debe seguir confinada: no pueden ir 500 metros más allá de su domicilio si no es para trabajar u otros asuntos básicos.
Desde ayer, en las zonas de mayoría musulmana también se aplica un cierre nocturno por el mes sagrado de Ramadán para evitar movimiento de personas y aglomeraciones.
Otra cuestión a concretar es la vuelta de los estudiantes a la escuela. El Ministerio de Educación quiere que sea pronto, pero las autoridades sanitarias piden precaución y esperar recomiendan esperar aún un tiempo. EFE
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