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2 abr 2020

La pandemia del COVID-19 golpea el narcotráfico en México

La pandemia de COVID-19 está colapsando la vida cotidiana del mundo, pero sobre todo al sector de salud pública y a los sistemas financieros de las naciones. Mientras tanto, ¿qué está ocurriendo en las dinámicas del crimen organizado: si este se encuentra también en cuarentena o, si por el contrario, está reestructurando sus modos de acción?

México es el epicentro del crimen organizado en América Latina, pues es la vía de tránsito para llevar droga hacia Estados Unidos. En este país se encuentran dos de los carteles de la droga más importantes para la exportación de sustancias ilegales hacia el norte y el sur de América: el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG.

Factor chino
En el informe El coronavirus exprime las finanzas de los carteles en México, elaborado por el portal InSight Crime, se detalla que La Unión de Tepito, la organización que controla los falsificados en Ciudad de México, registra rezagos en las entregas de productos debido a la disminución del flujo comercial con China por causa de la pandemia. Mientras tanto, el CJNG "tiene problemas para abastecerse de químicos precursores de China para la fabricación de fentanilo, el opioide que ha causado miles de muertes en Estados Unidos y México".

Como consecuencia, aumentan los precios de las drogas, comentó a Sputnik Norberto Emmerich, autor de libros Geopolítica del narcotráfico en América Latina y Geopolítica de la seguridad en México.

"El precio al mayoreo de un kilo de metanfetaminas en México subió más del doble desde el inicio del año", señaló.

A su vez, otro experto en temas de seguridad, el periodista Ricardo Ravelo subraya que los precursores químicos para fabricar el fentanilo también pueden obtenerse en Alemania o Indonesia, lo cual es factible debido a que el Estado mexicano no ha cortado la movilidad de ningún tipo. Por lo que, "mientras no haya toque de queda en México, la distribución va a continuar y el consumo va a continuar".


Cierre parcial de la frontera entre EEUU y México
Otro tema es la reducción del flujo comercial y de personas entre Estados Unidos y México acompañada del endurecimiento de los controles fronterizos, lo que vuelve más difícil el contrabando, enfatizó Norberto Emmerich, también profesor de la Universidad de Belgrano, Buenos Aires. Es por eso que se hace probable una caída de la demanda estadounidense de drogas.

Jesús Gallegos Olvera, doctor en Ciencia Política de la UNAM, coincide que el cierre intermitente de la frontera norte de México está afectando el flujo de trasiego de drogas y mercancías ilícitas. Lo cual, eventualmente, puede "tener efectos económicos en algunas regiones que dependen en gran medida de la continuidad de esos mercados ilícitos".
Con estos lugares de conflicto se refiere, esencialmente, a aquellos en los que el mercado de las drogas se da con regularidad (fronteras y puertos marítimos), en los cuales se podrían generar las condiciones para crear un mercado nacional de drogas. Esta situación también ocasionaría "mayor violencia y mayor acción de los sujetos que participen en el mercado nacional", subrayó Olvera.

En esta dirección, el experto alerta sobre otro problema que podría suscitarse: el aumento de consumo interno de drogas. Según cifras de la última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017 (ENCODAT 2016-2017), el nivel de consumidores de sustancias ilegales va al alza, pues pasó del 7,8% en 2011 al 10,3% en 2016.

Transformación del narcotráfico y diversificación de crímenes
"Se puede esperar una transformación en el concepto de narcotráfico, que ahora será local, cercano y casi doméstico", concuerda Norberto Emmerich y añade que este sector del crimen organizado ya ha probado incorporar tecnológicas que acerquen de mejor manera las drogas al consumidor para evitar controles y dinamizar el movimiento (drones), pero no han dado resultados efectivos.

Como consecuencia de estas condiciones previas y los múltiples puntos de crisis que está ocasionando la pandemia de COVID-19, Gallegos Olvera apunta hacia la posibilidad de una reconfiguración del ejercicio delincuencial en el país. Las primeras expresiones de estos giros de la criminalidad pueden ser: robo, asaltos, robo a casa, secuestros, extorsión, entre otros.

A su vez, Norberto Emmerich subraya las siguientes posibles actividades alternativas que pueden llevar a cabo los carteles con ciertas limitaciones:

-El tráfico de personas, dificultado por el cierre de fronteras.

-El huachicoleo, (robo y venta ilegal de combustible y bebidas alcohólicas adulteradas), dificultado por la caída del precio de la gasolina y el control militar del Gobierno.

-El secuestro y extorsión, dificultado por el cierre de comercios y la ausencia de personas en tránsito.

"La actividad apta para el narcotráfico en períodos de cuarentena nacional y pandemia es el ingreso a una lucha más abierta por la resolución de los conflictos territoriales en curso, en muchos casos con auspicio político. Con la opinión pública y la Guardia Nacional próximamente involucrada en el control sanitario, las disputas territoriales pasarán inadvertidas", subrayó el experto en temas de seguridad.

Desde la perspectiva de Gallegos Olvera, "el mercado delincuencial en México tendrá un efecto boomerang, es decir, en este momento se está alejando la visión de peligrosidad pero regresará con mayor impacto".

El periodista Ricardo Ravelo, al contrario, asegura que la emergencia sanitaria ocasionada por COVID-19 parece no estar teniendo ningún efecto "negativo o positivo" en la situación criminal de México dado que "la criminalidad continúa, sigue habiendo muertos, sigue habiendo narcotráfico".

Como consecuencia, Ravelo considera que la delincuencia organizada seguirá sobre la misma línea de fortalecimiento. Fenómeno que se expresa, esencialmente, en el número de delitos que ocurren diariamente. Así que, precisa, "la mafia no descansa ni ante la pandemia".

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