El Consejo de Seguridad de la ONU abordará este viernes de manera informal la controvertida ley de seguridad para Hong Kong a petición de Estados Unidos y el Reino Unido, un movimiento al que se opone China, según dijeron fuentes diplomáticas.
Las delegaciones de Washington y Londres notificaron al resto de Estados miembros su intención de plantear la cuestión durante el punto de «asuntos varios» de una reunión por videoconferencia a puerta cerrada ya prevista para este viernes con el fin de tratar otro asunto.
Esta semana, EE.UU. ya había solicitado una reunión más formal del Consejo de Seguridad sobre Hong Kong, una propuesta que no salió adelante por la oposición de China, que defiende que todo lo referente a la ciudad semiautónoma es una cuestión interna que no incumbe a este órgano.
En este caso, al tratarse de un punto informal dentro de otra reunión, en principio no se requeriría consenso para proceder, aunque se espera que Pekín presente objeciones, según las fuentes.
Washington defiende que China está minando la autonomía y libertades garantizadas para Hong Kong en la Declaración Conjunta Sino-Británica de 1984, que fue registrada con Naciones Unidas como un tratado jurídicamente vinculante, por lo que insiste en que la cuestión debe tratarse en el Consejo de Seguridad.
Según fuentes europeas, en el seno del Consejo hay un debate sobre si este asunto supone o no una amenaza para la paz y seguridad internacionales, que es el mandato principal del Consejo de Seguridad.
El proyecto de ley de seguridad para Hong Kong, presentado tras casi un año de protestas prodemocráticas en la ciudad, fue aprobado este jueves con una rotunda mayoría por la Asamblea Nacional Popular (ANP) de China y queda ahora en manos de un comité legal del legislativo, que se encargará de redactar una versión definitiva para su ratificación.
El texto busca prohibir «cualquier acto de traición, secesión, sedición, subversión contra el Gobierno Popular Central, robo de secretos de Estado, prohibición de organización de actividades en Hong Kong por parte de organizaciones políticas extranjeras y prohibición del establecimiento de lazos con organizaciones políticas extranjeras por parte de organizaciones políticas de Hong Kong».
Todo ello con el objetivo de «salvaguardar la soberanía nacional, la seguridad, los intereses de desarrollo, mantener y mejorar el sistema de ‘Un país, dos sistemas’, preservar la estabilidad y la prosperidad de Hong Kong a largo plazo y salvaguardar los legítimos derechos e intereses de los residentes de Hong Kong».
La norma ha recibido numerosas críticas internacionales, especialmente por parte del Gobierno de Estados Unidos, que el miércoles comunicó al Congreso de su país que ya no puede considerarse a Hong Kong autónomo de China, en una medida que puede tener serias implicaciones comerciales y aumentar más la disputa con el gigante asiático.
La Unión Europea, por su parte, considera que la ley incumple compromisos internacionales aceptados por China y la Ley Básica que rige Hong Kong. EFE
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