¿Quién no ha llegado a casa después de trabajar o de dar un paseo y se ha quedado con los zapatos de la calle puestos durante un buen rato? ¡Error! Esta es una costumbre extendida que hay que empezar a descartar. Para empezar, hay que sustituir los zapatos por unas zapatillas de casa... al menos si no queremos que entren en nuestro hogar tantas bacterias como tiene un inodoro. Así lo afirma un estudio de la Universidad de Arizona.
La suciedad acumulada en la calle —que lleva consigo incluso restos fecales de animales— son las fuentes de bacterias que provocan esta "infección". Según el investigador responsable del estudio, el doctor Gerba "el 96% de las bacterias coliformes y E.Coli en la suela de los zapatos muestran un frecuente contacto con materiales fecales originarios de suelos de locales públicos o por contacto directo con excrementos animales"
Las bacterias pueden viajar "largas distancias" en los zapatos después de que estos hayan sido contaminados, y pueden provocar diarrea, meningitis e infecciones sanguíneas"
"Los zapatos pueden llevar las bacterias durante largas distancias hasta casa después de haber sido contaminados", añade el investigador. Unas bacterias como las ya mencionadas y que, según el estudio, pueden provocar diarrea, meningitis y diversas infecciones sanguíneas.
Además, esto no hace referencia a superficies especialmente sucias, sino que dentro de una muestra aleatoria se han encontrado 440.000 bacterias de nueve tipos diferentes en las suelas de zapatos.
La solución para prevenir que el suelo de casa se parezca al de un baño público está en quitarse los zapatos antes de entrar o en lavarlos con detergente.
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