Clifford Williams, de 76 años, y su sobrino Hubert Nathan Myers, de 61, cumplían sentencia de pena de muerte y cadena perpetua respectivamente, después de que fueran declarados culpables de haber perpetrado los disparos que acabaron con vida de una joven en 1976, a pesar de que ambos siempre alegaron su inocencia.
Sin embargo, después de cuatro décadas de prisión y que se realizara una investigación de la Revisión de Integridad de Convicción, se descubrió que no existían evidencias suficientes que mostraran a Williams
y Myers, por lo que una jueza tomó la decisión de ponerlos en libertad.
Los hombres emocionados, después de escuchar a la jueza, se dieron un largo abrazo, antes de unirse a los miembros de su familia que habían acudido a la corte. Cuando salieron a la calle, Myers besó el suelo lleno de emoción.
Esta es la primera exoneración de una pena privativa de libertad en el estado que fue lograda por la CIR, creada en el 2017, y que pertenece a la Fiscalía de Florida.
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