Omicrón - EFEDesde que el pasado viernes saltaron las primeras alertas por la nueva variante del coronavirus, denominada ómicron y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó de momento como “preocupante”, Europa ha vivido un goteo de casos.
En al menos seis países de la Unión Europea (UE), a los que se suma el Reino Unido, se confirmó contagios con la nueva mutación, que los científicos aún están estudiando para tratar de averiguar su peligrosidad. La OMS explicó el domingo que “aún no está claro” si es más contagiosa ni si causa efectos más graves en los pacientes. Y este lunes añadió que el riesgo que plantea globalmente es “muy alto”, reseñó El País.
La nueva variante sacudió las Bolsas (la de Japón vuelve a registrar pérdidas este lunes, mientras las europeas ganan) y generó una cascada de anuncios de cierres de fronteras a los viajeros del sur de África. Fuera de Europa también se han ido detectando contagiados, por ejemplo, en Australia e Israel. El Gobierno de este último país ha sido el que ha ido más lejos en las medidas para tratar de impedir que la variante ómicron entrara en su territorio: el domingo decretó el veto a la entrada de cualquier viajero extranjero desde este lunes y durante al menos dos semanas. Poco después, el Ejecutivo marroquí tomó la misma decisión y suspendió la llegada de todos los vuelos internacionales durante 15 días. Los ministros de Sanidad del G-7 tienen previsto reunirse este lunes de forma extraordinaria para abordar este asunto.
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Otros muchos Estados, como los 27 miembros de la UE, han endurecido los controles y suspendido los vuelos desde siete países del sur de África: Botsuana, Suazilandia, Lesoto, Mozambique, Namibia, Sudáfrica y Zimbabue. La OMS criticó el domingo esta medida y aplaudió la gestión realizada por el Gobierno de Sudáfrica, el país que detectó la nueva variante y que lo comunicó oficialmente a la comunidad internacional el jueves, un día antes de que se extendiera el miedo por medio mundo.
España también endureció el sábado los controles de acceso para las personas que provengan de esas siete naciones africanas, a las que incluyó en la categoría de países de “alto riesgo”. Fuentes del Ministerio de Sanidad explican que están en contacto con las comunidades autónomas y que, de momento, no se ha reportado ningún caso de contagio con la nueva mutación.
Todos los casos de personas a las que se les detectó la nueva variante en Europa son viajeros procedentes del sur de África o tienen relación con ellos, por lo que no se sabe si esta se encuentra circulando ya por el continente ni en qué grado. La aparición de ómicron llega en un momento en el que las alarmas ya habían saltado en la UE por el incremento de casos, a los que muchos Estados estaban respondiendo con el endurecimiento de las medidas sanitarias, con vacunaciones obligatorias y con la recomendación desde la Comisión Europea de una tercera dosis. Esta era la situación el domingo en los países europeos en los que se han detectado contagios de la nueva variante:
Portugal. El país detectó 13 casos de la nueva variante, todos futbolistas o trabajadores del Belenenses, equipo de fútbol de la Primera División lusa que tiene su estadio en el barrio de Belem, en Lisboa. El futbolista sudafricano Cafú Phete, que pertenece a la plantilla, regresó el 22 de noviembre a Portugal tras jugar dos partidos con la selección de su país. Todos los jugadores y sus contactos estrechos deben cumplir cuarentena.
El sábado por la noche el Belenenses disputó el partido que tenía previsto contra el Benfica, otro club de Lisboa, lo que generó una fuerte polémica en el país. Para entonces, se sabía que había un brote en el equipo, pero se desconocía la presencia de la nueva variante (las pruebas que la han detectado se practicaron el domingo). Debido al elevado número de casos de covid, el Belenenses saltó al terreno de juego con nueve efectivos. Tras el descanso, el encuentro se suspendió, ya que el conjunto contaba con solo seis jugadores de campo.
Países Bajos. Países Bajos confirmó 13 casos de la nueva variante. Los afectados forman parte del grupo de 61 pasajeros con coronavirus —de un total de 624— llegados el viernes de Sudáfrica en dos vuelos de KLM procedentes de Johannesburgo y Ciudad del Cabo. Es posible que la cifra aumente porque las pruebas de laboratorio no han concluido. Todos los viajeros contagiados fueron aislados, la mayoría en un hotel cercano al aeropuerto de Ámsterdam. Un grupo de cinco positivos pudo regresar a su hogar porque vivían solos o viajaban con todas las personas con las que conviven. Deberán guardar cuarentena, lo mismo que el resto. A la vista de la situación, Hugo de Jonge, ministro holandés de Sanidad, dijo que no descarta la imposición de nuevas medidas restrictivas.
Los pasajeros que viajaban en los dos vuelos en los que se detectaron los 61 contagios no tenían que presentar una PCR con resultado negativo para entrar en Países Bajos si estaban vacunados con las normas vigentes hasta el viernes. Los que no se habían puesto la vacuna sí la necesitaban. Debían hacer la prueba 48 horas antes de volar, o bien contar con un test rápido de antígenos efectuado 24 horas antes.
El viernes, antes de conocerse los 61 contagios procedentes de Sudáfrica, el Gobierno holandés ya había anunciado nuevas medidas restrictivas para contener el avance de las infecciones y los ingresos hospitalarios. Durante las tres próximas semanas, la hostelería, el sector cultural y el deporte amateur solo estará abierto al público entre las 5.00 y las 17.00, entre otras medidas. Las autoridades recomendaban trabajar desde casa.
Alemania. El país confirmó el domingo un tercer caso de la variante ómicron tras conocerse el resultado de la secuenciación de la PCR de un pasajero llegado el 21 de noviembre a Fráncfort en un vuelo de Sudáfrica. El sábado las autoridades de Baviera confirmaron los dos primeros, en dos viajeros que aterrizaron en Múnich el 24. La incidencia semanal sigue al alza en Alemania con 447 casos por 100.000 habitantes (España está en 98). El país tiene más de 800.000 infecciones activas de coronavirus, especialmente en el sur y el este del país. La incidencia en Sajonia, el Estado federado con la peor tasa de vacunación (60% frente al 68% de media), está disparada por encima de 1.200.
La semana pasada se superó la barrera psicológica de los 100.000 fallecimientos desde el inicio de la pandemia. Las autoridades sanitarias han pedido ayuda al Ejército para trasladar a pacientes críticos de los Estados más afectados, Baviera y Sajonia, a hospitales con camas libres en el norte del país. El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, se sumó el domingo a los mensajes que políticos y científicos vienen repitiendo desde hace unos días: la población tiene que reducir los contactos para evitar un nuevo cierre de la vida pública. Steinmeier publicó una columna en el diario Bild, el más leído del país, en la que pide a los más de 14 millones de adultos que no se han vacunado, que lo hagan, y que el resto se ponga la dosis de refuerzo lo antes posible. Esta semana se han registrado unos 300 fallecimientos diarios.
Las autoridades han endurecido las restricciones para los no vacunados, que no pueden acceder a la hostelería, al ocio, la cultura y el deporte en lugares cerrados.
Reino Unido. El ministro de Sanidad del Reino Unido, Sajid Javid, aseguró el domingo en la BBC que no habrá un confinamiento total para defenderse frente a la variante ómicron, de la que ya se han detectado al menos tres casos en Inglaterra durante la pasada semana. En el caso de dos de los infectados se trata de personas con una relación entre ellos, y se ha logrado establecer un vínculo con un viaje reciente a Sudáfrica. En el tercero de los casos, el Ejecutivo de Boris Johnson aseguró que el paciente ya no se encuentra en el Reino Unido.
El Ejecutivo británico incrementó las restricciones, aunque sin llegar a poner en marcha por completo el plan b que aseguró tener listo al final del verano. A partir del martes volverá a ser obligatorio en Inglaterra —ya lo era en Escocia y Gales— el uso de mascarillas en comercios y transporte público, aunque no en restaurantes o pubs.
Los viajeros que entren al Reino Unido, y no procedan de un país de la lista roja (como Sudáfrica), deberán permanecer aislados hasta el segundo día, en el que deberán hacerse una PCR. Hasta que no confirmen el resultado negativo no podrán abandonar la cuarentena. El Gobierno británico se resiste por el momento a recomendar el teletrabajo o a exigir el certificado de covid para acceder a lugares públicos, como ya hacen otros países europeos.
Bélgica. Bélgica fue el primer país europeo donde se detectó el viernes la presencia de la nueva variante, pero las últimas medidas de las autoridades belgas no obedecen tanto a la amenaza de ómicron como a un intento de contener en el país la cuarta ola de contagios desde el inicio de la pandemia. La estrategia del Gobierno belga se centra en dar un acelerón a la administración de la dosis de refuerzo. Las autoridades sanitarias acordaron el sábado poner en marcha oficialmente una nueva campaña de vacunación para administrar la dosis suplementaria a tres millones de personas mayores de 18 años antes de fin de año y a ocho millones en total hasta marzo de 2022 (sobre una población total de 11 millones).
La llegada de ómicron sorprende a Bélgica en pleno repunte del número de contagios, que han pasado de una media diaria 7.800 a finales de octubre a más de 16.000 a mediados de noviembre. En respuesta a la incipiente cuarta ola, el viernes se acordó, entre otras cosas, el cierre de hostelería a partir de las 23.00, la clausura de discotecas y un aforo limitado a 50 personas para actos o reuniones.
Dinamarca. Las autoridades sanitarias danesas confirmaron el domingo el contagio con la nueva variante en dos viajeros procedentes de Sudáfrica. Las dos personas se encuentran aisladas y las autoridades han puesto en marcha el rastreo de contactos estrechos. Dinamarca también ha endurecido los controles de los países procedentes del sur de África y el Gobierno recomienda además a todos los llegados al país desde esa región que se hagan una PCR y se aíslen hasta tener un resultado negativo pasados seis días de su entrada.
Italia. Italia fue pionera en la implantación del certificado de vacunación como salvoconducto para casi todas las actividades públicas, incluidas las de ámbito laboral. Aun así, el Gobierno ha restringido más las medidas esta semana, obligando a tener la tercera dosis a todos aquellos que la recibieron hace nueve meses. La situación todavía está relativamente estable en la mayoría de regiones, pero la amenaza de la nueva variante ómicron ya es palpable. Este fin de semana, un directivo de la empresa de energía Eni que volvía de Mozambique tras hacer escala en Sudáfrica resultó positivo de la nueva mutación. También cinco familiares, que se encuentran en cuarentena y sin síntomas.
República Checa. La República Checa también detectó la presencia de ómicron. Según informaba el sábado la cadena Ceska televize un hospital de la ciudad de Liberec había detectado a una paciente contagiada con esta variante al realizar el sábado un test. La mujer regresó a su casa la semana pasada de Namibia vía Sudáfrica y Dubái. La paciente presenta síntomas leves de la enfermedad y está confinada con ocho personas más que llegaron con ella. Otros países europeos, como Austria y Portugal, también están analizando casos sospechosos.
Fuente: El País