El reciente estudio arroja novedosos datos sobre el núcleo terrestre que podrían revolucionar potencialmente la apreciación del campo magnético de nuestro planeta.
"Cuanto más lo miramos, más nos damos cuenta de que no es una aburrida bola de hierro", comentó Jessica Irving, sismóloga de la Universidad de Bristol (Reino Unido), quien no participó en el estudio. "Estamos encontrando un mundo oculto completamente nuevo", añadió.
Irving explica que, mediante la recolección de datos de las ondas sísmicas generadas por terremotos, los geofísicos pueden crear una imagen del funcionamiento interno del planeta de una manera que es "similar a una tomografía computarizada de una persona".
Rhett Butler, uno de los autores del nuevo estudio, analizó las ondas sísmicas creadas por grandes terremotos que viajaron a través del núcleo de la Tierra. Butler notó que las ondas de corte onduladas, que deberían haber pasado a través de una bola sólida de metal, sufrieron una desviación en ciertas áreas, lo que solo podía significar una cosa: que el núcleo del planeta no es sólido en su totalidad, sino que tiene pedazos de hierro líquido y "blando" cerca de su superficie.
Esta investigación podría revolucionar potencialmente nuestra apreciación del campo magnético de la Tierra, pues este es modificado por el núcleo interno y, según concluyen los autores del estudio, una comprensión más profunda de dicho núcleo es indispensable para entender la relación entre el interior de un planeta y su actividad magnética.
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